Lyon

El zapato alicantino se hace escultura y se echa a la calle

El «Shoe Street Art» es iniciativa del Instituto Tecnológico del Calzado, con sede en Elda
El «Shoe Street Art» es iniciativa del Instituto Tecnológico del Calzado, con sede en Eldalarazon

Alicante- Veinticuatro zapatos-escultura de tres metros de alto decorados con pintura, collage o grafiti por distintos artistas recorrerán durante el próximo año las principales ciudades españolas dentro de una exposición que busca homenajear el calzado nacional y ayudar a la reactivación del consumo.

Estas llamativas esculturas gigantes ya se exhiben en la plaza de la Ficia de Elda (Alicante), su primera escala para, a partir del día 12, iniciar su itinerancia por Madrid, Valencia, Alicante y la riojana Arnedo, entre otras poblaciones con las que se negocia, como la francesa de Lyon.
Con el título «Shoe Street Art», este divertido conjunto escultórico surge a iniciativa del Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop), con sede en Elda, que a su vez se inspiró en la acción «Cowparade», la conocida y extravagante exposición de vacas pintadas surgida en Chicago en 1999, que en pocos años ha recorrido medio centenar de ciudades de los cinco continentes.
Cada unidad ha costado 1.500 euros, cada uno de estos moldes de 2,44 metros de alto (sin contar la peana) y 2,10 de ancho han sido decorados y lacados para que resistan todo tipo de inclemencias meteorológicas.

El director general de Inescop, César Orgilés, explicó a Efe que se ha escogido como modelo el calzado típico que se produce en Elda: un zapato de mujer de alta gama con el típico tacón alto, punta fina y un acentuado «quiebre» que realza la figura femenina. El objetivo es que, a través de un soporte tan conocido como el zapato, el espacio urbano acerque al espectador con el mundo del calzado y consiga su complicidad a través de una representación artística crítica, irónica o que invite a la reflexión.

A los artistas, la mayoría vecinos de la población eldense, se les proporcionó una maqueta en blanco de este «bottier» del número 37 y, a partir de ahí, utilizaron su imaginación para decorar.