Chelsea
Fàbregas paciente maestro
Hace ocho largos años Fàbregas abandonó Barcelona como joven promesa del fútbol. El Camp Nou le prometió fidelidad en la espera, «volverás». El de Arenys confió e hizo acopio de paciencia mientras desarrollaba calidad, hasta hacerla desbordante. La joya del Arsenal era, y es, objeto de adoración en la «Premier». Pero la gloria estaba junto a sus antiguos amigos de La Masía. Llegó el momento del regreso, Guardiola cumplió la profecía y los números comenzaron a hablar por sí solos: un mes, dos títulos como azulgrana y dos goles con la Selección, que han sido poco menos que maravillas.
Y el chaval, exultante. «Hacía tiempo que no era tan feliz. Ahora a ver si tengo minutos y los puedo aprovechar en la Selección», comentó. La titularidad en el Barça le ha caído por propio peso y quizá pronto la obtenga en «La Roja». Cesc forma parte de la mejor generación de futbolistas españoles de la historia. Y, como el resto, otorga máxima importancia a la unión de la plantilla.
«Nunca nadie va a cambiar que somos compañeros de Selección», y con este comentario dio por zanjados todos los incidentes surgidos de la Supercopa. «Tenemos que estar más unidos que nunca si queremos repetir título», sentenció.
Cesc también habló sobre los problemas de zaga que acusa el conjunto nacional y que están provocando más de un dolor de cabeza a Del Bosque. Admitió que la ausencia de sus compañeros Piqué y Puyol es notable, pero pidió «confianza» en las opciones que plantean Javi Martínez y Albiol. «Somos campeones por tener variantes, no por dos defensores sino por todo el equipo. Con otros jugadores podemos hacer grandes cosas», concluyó.
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