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El juzgado y el fiscal antidroga investigarán el robo en Toxicología
Los 30 kilos de cocaína estaban almacenados en una habitación bajo llave
SEVILLA- El juzgado de Instrucción 7 de Sevilla, junto con la Fiscalía Antidroga, han asumido la investigación por el robo de 30 kilos de cocaína del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla, que se encontraban almacenados en una habitación a cuya llave tenían acceso varios funcionarios. Según las primeras investigaciones, las sustancias robadas pertenecían a cuatro alijos y se encontraban en el Instituto Nacional de Toxicología para que sus técnicos lo analizaran y determinaran su composición y pureza.
El robo se descubrió el jueves por la mañana, cuando los funcionarios llegaron a trabajar y observaron que la caja donde se guardaba la droga estaba fuera de su lugar habitual y sin contenido. La directora del centro ordenó inmediatamente la clausura de la habitación, denunció el hecho en el juzgado de guardia y llamó a la Policía, por lo que agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (UDYCO) y de la Policía Judicial se personaron en el lugar y tomaron huellas y muestras de ADN. Además, el recinto se encontraba bajo vigilancia con cámaras de seguridad.
No obstante, la Policía está analizando las imágenes registradas por las cámaras del edificio, aunque aún no se han producido detenciones.
Este robo se ha producido tras la desaparición en el año 2008 de 154 kilos de cocaína y heroína de la Jefatura de Policía de Sevilla, hecho por el que cumplen prisión Lars S. M., ex policía de la UDYCO, y su cómplice Manuel A. N., mientras que sus esposas están acusadas de cómplices y por blanqueo de los cuatro millones de euros presuntamente obtenidos de la venta de la droga.
Más seguridad
Por su parte, el juez decano de Sevilla, Federico Jiménez Ballester, lamentó el suceso y apostó por reforzar las medidas de seguridad y acelerar los procedimientos para destruir los alijos incautados. Jiménez Ballester precisó que este robo «no tiene nada que ver» con la sustracción de droga de la jefatura, porque en el primer caso las sustancias se almacenaban en un lugar «que no era adecuado» y en el segundo estaba custodiada en un sitio habilitado a tal efecto, una especie de búnker dotado de medidas de vigilancia.
Al hilo de ello, el juez decano incidió en que, en este caso, «se han activado con celeridad los mecanismos adecuados» y desde la dirección del centro se denunció la sustracción rápidamente ante el juzgado de guardia. «Algo ha fallado en este caso concreto, por lo que habrá que reforzar las medidas de seguridad», remarcó.
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