Kate a la conquista del Oeste

Nada más llegar, los jóvenes se fueron directamente a una conferencia económica en apoyo de las inversiones británicas en Estados Unidos, donde se encontraron con delegados de su país. Así comenzó la visita oficial de los duques a EE UU, tras haber estado una semana de gira por Canadá. En su agenda para estos próximos días se encuentra un partido de polo en Santa Bárbara, una cena de gala en Hollywood –organizada por Bafta– y una visita a Skid Row, la zona más deprimida de Los Ángeles, donde se encontrarán con familias de veteranos militares.

Como estrellas
El viaje, según confirmó oficialmente el palacio de Buckingham, tendría como objetivo reafirmar los intereses británicos a través del encanto natural de la pareja. Su anfitriona durante su estancia será la cónsul general inglesa en Los Ángeles, Barbara Hay, que les prestará su casa en el distrito de Hancock Park, apenas a unas manzanas de donde vive Antonio Banderas. Entre los artistas con quienes se encontrarán este fin de semana destacan: Nicole Kidman, Julia Roberts, Tom Hanks, Jennifer López y Tom Cruise. La visita tiene un carácter más de negocios que de placer, aunque permitirá a muchos artistas acercarse a la realeza, porque hasta en Hollywood despierta mucho morbo. Eso sí, los duques sólo podrán ver la playa de lejos cuando viajen en coche por la Pacific High Coast desde Santa Mónica hasta Santa Bárbara. Aunque el príncipe Guillermo ha estado antes en EE UU, es el primer viaje de Catalina a este país. Guillermo fue en 1980 con su madre Diana, que este mes habría cumplido cincuenta años.
La seguridad de la visita está coordinada por la Policía de Los Ángeles, el Departamento de Estado y otras agencias norteamericanas, y aunque no son jefes de Estado se les trata como tales. «Es una visita muy importante para la ciudad. Para nosotros se trata de un honor tener a una pareja real en Los Ángeles y queremos estar seguros de que causamos buena impresión», dijo el alcalde Villaraigosa.

El detalle, momento Marilyn
Un descuido de la duquesa ha ocasionado que una foto tomada en el aeropuerto de Canadá dé la vuelta al mundo, cuando una inoportuna ráfaga de viento le jugó una mala pasada y dejó ver su ropa interior.