El Papa transcendente

La denuncia de Benedicto XVI respecto a la instauración del relativismo no debería caer en saco roto, especialmente para nosotros los españoles, que nos encontramos en un momento en el que es precisamente se propicia esa especie de filosofía. El pensamiento único pretendido por el Gobierno de Zapatero se ampara en ella, bueno lo ha intentado. Los valores y juicios morales son rechazados. La verdad, la libertad y demás sentimientos de la persona han sido relegados.
La política imperante ha favorecido cualquier movimiento contra el sentido de la lealtad, la familia o la honradez. Nos encontramos en un escenario, en el que no se apadrina desde el Gobierno a quienes defienden esos principios. Si es la Iglesia la protagonista, más leña al mono. Lo demuestran los hechos. Si defiende que la unión de homosexuales no debe llamarse matrimonio, pues matrimonio. Si programa la unión de la familia y la importancia de ésta en la sociedad, pues a poner dificultades para ello. No importan las costumbres. Ni crucifijos, ni misas, ni ... Una tras otra.
De ahí que la denuncia del Papa resulte muy oportuna. No defiende a la Iglesia, sino algo más transcendente. El problema es que, dadas las circunstancias, sea como predicar en desierto.
Así es la vida.