Nueva York

El «Jack el destripador» de Long Island

Las prostitutas siempre han sido un blanco fácil para los asesinos en serie. El problema de estos monstruos es conseguir que su presa acceda a marcharse con ellos, por lo general, a un lugar donde estos criminales se sienten a gusto.

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En el caso de éstas, es parte de su trabajo irse con cualquiera. Por ello, las que se anuncian en internet se han puesto en alerta estos días por el caso del asesino de Craigslist, la conocida página web de servicios, que es cómo este agresor se pone en contacto con sus víctimas.
Desde hace meses la Policía de Long Island investiga su tercer caso de asesinatos en serie: en 1993 Joel Rifkin, de 34 años, confesó haber matado a 17 mujeres.

En 1996 Robert Shulman fue declarado culpable de la muerte de cinco. Y ahora los agentes buscan a un homicida sospechoso de haberle quitado la vida a ocho mujeres, al menos cuatro de ellas prostitutas, aunque en los últimos días se han encontrado más restos de cuerpos. El portavoz de Trabajadoras Sexuales en Acción de Nueva York, Dylan Wolf, ha criticado en un comunicado que «la gente cree que puede hacer lo que quiera con nosotras y que no les van a coger». Hay varias hipótesis y mucha confusión porque la de-saparición de las prostitutas comenzó en julio de 2007, pero no se investigó.

Nadie le dio importancia hasta que empezaron a descubrirse cuerpos enterrados en la playa en diciembre. De momento, han encontrado restos de siete adultos, un niño de 18 meses y huesos que se cree que pertenecen a dos personas. Esto haría un total de diez víctimas, aunque todavía hay que verificar que todas las muertes sean obra del mismo asesino. El caso se abrió en mayo cuando los familiares de Shannan Gilbert perdieron el contacto con esta prostituta de 24 años.

Ahora la Policía busca a un sospechoso que reside en la zona de Long Island. También podría ser un ex agente o alguien con conocimientos forenses por su forma de actuar, aunque estas técnicas se pueden aprender en cualquier serie de televisión. Por si acaso, las prostitutas han desarrollado su propio dispositivo de seguridad ante la incapacidad de la Policía: llaman antes y después de sus citas y siempre explican dónde van. En estos casos, los investigadores suelen capturar al sospechoso con la ayuda de una víctima que haya escapado. Por ello, parece que para darle caza habrá que esperar a que vuelva a intentar matar.