Estados Unidos

El secreto del éxito

La Razón
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En la historia del deporte español no existe un mes tan brillante y triunfal como éste de julio que está terminando y que empezó con la conquista del Campeonato Mundial de Fútbol. Anteayer, día de Santiago, tres españoles coparon las portadas de los informativos deportivos de medio mundo: Alberto Contador como ganador del Tour, Fernando Alonso con su triunfo en Alemania y Jorge Lorenzo por su victoria en Estados Unidos. Si a ellos se les añade el fulgurante regreso de Nadal y la irrupción de los baloncestistas que encabeza Pau Gasol, se comprende que haya analistas extranjeros que se pregunten qué comen los españoles para descollar en los variados terrenos deportivos. ¿Existe alguna fórmula secreta o exclusivamente hispana que explique el fenómeno? Es evidente que no. Detrás de esta acumulación de éxitos sólo hay profesionales de excepción que cuentan con el apoyo de equipos muy competentes, bien formados y con un elevado espíritu competitivo. El deportista español ya no sale en solitario, como un quijote romántico e idealista, a la conquista de las grandes palestras internacionales. Desde hace algunos años, nustro deporte se ha ido profesionalizando con la incorporación de equipos humanos, expertos e infraestructuras de alto rendimiento. Del mismo modo que la sociedad ha progresado notablemente en otros ámbitos hasta alcanzar posiciones de liderazgo internacional, la parcela deportiva ha estallado en frutos hasta hace poco insospechados. Es un claro ejemplo de cómo la sociedad civil, sin apenas intervención pública directa, ha reaccionado con vigor para trasladar al deporte el espíritu de superación y la sed de triunfo. Está bien que los gobernantes celebren ahora alborozados las victorias deportivas, pero no será porque ellos hayan puesto un euro para alcanzarlas. Si Nadal, Gasol, Alonso o Lorenzo han llegado a la cúspide no es precisamente porque recibieran en sus comienzos el apoyo de los poderes públicos, sino gracias al sacrificio y desvelo de sus padres, que pusieron vidas y haciendas a su disposición con una fe y una entrega sin desmayo. A día de hoy, miles de padres hacen grandes esfuerzos para que sus hijos destaquen deportivamente sin la más elemental ayuda oficial de esos gobernantes que a la hora de las medallas son los primeros en subirse al podio. Son las familias las que están detrás de los éxitos deportivos, esa «fórmula secreta» que tanto intriga. Ahora ya sólo falta que los políticos se sumen al esfuerzo y no sólo a los fuegos artificiales.