Caso Malaya

Un ladrón alega que entró en una casa porque «creía que era un bar»

Un ladrón que fue sorprendido dentro de una casa de Jumilla por el hijo del dueño, que dormía en esos momentos, alegó en su defensa ante el juez que entró "porque creía que era un bar", pese a que el establecimiento fue cerrado hace 25 años y no hay ninguna señal del mismo en la fachada del inmueble.

La sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia confirma la pena de once meses de prisión que le impuso un juzgado de lo penal, que declaró probado que al acusado le fueron intervenidos un destornillador y una llave fija con los que forzó la puerta de entrada al inmueble.

Según el relato de hechos probados por el juez de lo penal, el intento de robo se produjo el 13 de septiembre de 2008, cuando el acusado, que conducía un turismo pese a carecer del permiso correspondiente, forzó la entrada a la vivienda.

El acusado "se introdujo en su interior y fue sorprendido por el hijo del propietario, que se encontraba durmiendo en el dormitorio y que se despertó al oír un golpe en la puerta".

"Al verlo -añade la sentencia- el acusado, disimulando, le preguntó si aquello era un bar, y al responderle el hijo del dueño que no, salió al exterior", donde le esperaba otra persona que fue juzgada por los mismos hechos, pero que resultó absuelta al no haber sido probada su intervención en ellos.

Al rechazar el recurso, la sala condena al acusado a 11 meses de prisión por un delito de robo en grado de tentativa y a 8 meses de multa, con una cuota diaria de 6 euros por un delito de conducción sin permiso.

Igualmente, deberá indemnizar al dueño de la casa con 150 euros por los daños producidos en ella.