Murcia
La pregunta por Pedro Alberto Cruz
La pregunta se encuentra en el origen de la diferenciación –casi definitiva- de nuestra especie con el resto de los animales. Y la pregunta nace de la libertad de preguntar sin las cortapisas del orden, del método; con la ingenuidad del que únicamente se siente condicionado por su capacidad, y nada le importa salvo la inquietud por saber lo que sucede dentro y fuera de él para, con el bagaje de las respuestas, seguir preguntando. La libertad es, pues, el estadio de la pregunta, y el mantenimiento de ésta es el que ha permitido a la especie no olvidarla. ¿Entonces…?
El problema empezó cuando la respuesta se hizo cultura, y surgieron los monopolizadores de la pregunta, los que se sirvieron de ella y la convirtieron en tabú, en religión, en filosofía, en arte. Sólo ellos podían hacerla y responderla; y para ello, crearon conjuros, ritos, fiestas, espíritus, dioses, gobernantes, sabios, guerreros, difamadores; y potenciaron el miedo a la pregunta y el miedo a que no respondieran los que sabían: entonces la libertad dejó de ser estado y se convirtió en concepto cambiante, fácil de perder y difícil de ganar, y así hasta nuestros días, porque nada ha cambiado.
Sin apenas esfuerzos veo cómo todos los caminos conducen a la cultura, cómo cualquier manifestación surgida cuando el equipaje era la propia piel termina siendo absorbida por ella, incluso antes de que recibiera este nombre, pues, pronto hubo quien supo sacar partido de lo novedoso para convertirlo en arma que asegurara el poder. La pregunta originaria quedó proscrita, y el posible conocimiento derivado de ella demonizado. Seguiré…
✕
Accede a tu cuenta para comentar