País Vasco

La desvergüenza nacional

Bildu ha logrado más de mil cien concejales en el País Vasco y Navarra. En el Parlamento de la Comunidad Foral tiene siete escaños. Los que tramaron su presencia en las elecciones, ya tienen lo que querían, aunque les hubiera gustado que con muchos menos votos.

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Es lo que ocurre cuando se juega con fuego y, de paso, se hace la campaña al pirómano. Bildu ha estado en los comicios sin que ETA haya desaparecido. Se le ha dado a todo, a cambio de comunicados, de palabras en definitiva. Escritas por los terroristas, tienen el mismo valor que las que proclamaban antes del atentado contra la T-4 de Barajas. Sonaban bien, a «proceso de paz», pero escondían detrás lo de siempre: muerte y destrucción. Los resultados de Bildu van a tener a partir de esta noche extraños propietarios, que los intentarán rentabilizar en beneficio propio. Los del PNV, seguro, por lo mucho que han hecho, de cara y a escondidas. No se puede descartar que hasta el Gobierno vasco, o el presidente de los socialistas de aquella Comunidad, Jesús Eguiguren, quieran sacar pecho. Confiemos que el Ejecutivo central opte por la prudencia. Pero los resultados son de ETA-Batasuna. A partir de la constitución de ayuntamientos, diputaciones y Parlamento de Navarra, se van a enterar los de Eusko Alkartasuna (EA) y los comunistas de Alternatiba, de lo que vale un peine, de lo que supone haber prestado sus siglas a la banda y a su brazo político. Tiempo al tiempo.

Es lógico, si se analizan desde el punto de vista de los pistoleros, que se parten de risa cuando les dicen que la legalización de Bildu, y los resultados obtenidos en las elecciones, son un argumento que les aleja de las armas. Todo lo contrario. Esos votos, piensan ellos, se han logrado gracias a que la banda existe y mantiene, aunque mermada, su capacidad de amenaza sobre la sociedad. ¿Alguien se puede creer que una coalición que es ETA habría podido estar en los comicios si la propia ETA no existiera? Que no nos traten de engañar, y menos en un asunto tan grave.

Bildu ha superado los resultados obtenidos por Euskal Herritarrok en las municipales de 1999; incluso, los logrados las Europeas de ese año. Algunos tertulianos no sabían anoche interpretar lo ocurrido. Es sencillo. Entonces, la banda también mantenía un alto el fuego, y se hablaba del final del terrorismo, de paz, y de bla, bla, bla... No hay más que repasar la lista de víctimas desde entonces para comprobar, con rabia y tristeza, que, una vez logrado el poder político y económico en las corporaciones, volvieron los atentados y las amenazas. Los argumentos, los de siempre: que no se habían logrado los objetivos finales de «independencia y socialismo»; que Navarra seguía sin formar parte del País Vasco; que los presos continuaban en las cárceles. Al Gobierno de Zapatero y Rubalcaba, sin margen de maniobra por la derrota electoral, les espera un futuro incierto. Han quedado en manos de lo que haya planeado ETA. La lista de exigencias, si no la tienen, no la tardarán en recibir. Con ella, Dios no lo quiera, se podría consumar la desvergüenza nacional.

Bildu habla: «Estamos haciendo historia»
El portavoz de Bildu Peio Urizar afirmó ayer que, en estas elecciones, Bildu está «haciendo historia» y se ha dado «un paso de gigante en el cambio político y social en Euskal Herria y en el camino hacia la soberanía hacia una sociedad justa». Y no dudaron en celebrar su euforia en un acto en el frontón Atano III de San Sebastián, al que no faltaron Marian Beitialarrangoitia, Rufi Exteberria y Joseba Permach.