Presentación

Los «SMS» por Marina CASTAÑO

Los «SMS», por Marina CASTAÑO
Los «SMS», por Marina CASTAÑOlarazon

Tenemos que reconocer que nuestra vida ya no sería lo mismo sin el móvil. Todos nos acordamos del primero que tuvimos y también de cómo empezamos a saber manejarlo. Luego llegaron los «sms», que son más baratos que las llamadas, y enloquecimos con el descubrimiento: por los cumpleaños, por navidad, año nuevo, por aniversarios, para quedar, para romper un relación (sí, una relación se puede romper por «sms», por «e-mail», por un «post-it», pero de esto hablaremos en otro momento) … También hubo una moda bastante pesada, que era aquella de los mensajes con chistecitos guarros, que en un principio hacían gracia, pero cuando ya se habían recibido repetidas veces por distintos remitentes, uno se hastiaba de oír el sonido que avisaba del nuevo evento. Eso, por suerte, ha pasado a la historia, a las historia de los móviles, y hoy los recados que pasamos son breves, concisos, y no siempre con ortografía ortodoxa, por aquello de la brevedad. En todas partes, en todos los sitios públicos se encuentra uno gente enviando y recibiendo mensajes, pero lo que no deja de ser asombroso es que, según un estudio, para uno de cada diez jóvenes menores de 25 años es normal enviar «sms» mientras tiene relaciones sexuales. Ante esta aseveración una se queda perpleja porque se supone que para determinados momentos, en este caso momentazo, se requiere, no sé, una cierta concentración, sino se le puede ir a una (o a uno) el santo al cielo. Está claro que se trata de una práctica juvenil que no se asimila a otras edades. Alguna vez se nos ha llamado la atención por atender o emitir un mensaje mientras estamos comiendo, un suponer. ¿Qué nos diría el partenaire en el caso de hacerlo durante el acto brutal? ¡Por favor, un respeto!