Millet justifica por «prestigio» que el Palau pagara las bodas de sus hijas

Las bodas de las hijas de Millet, Clara y Laila, costaron unos 200.000 euros, que salieron del saqueo de las cuentas de la institución cutural. Por si fuera poco, el principal imputado en el caso convenció a sus consuegros para que sufragaran parte de la primera ceremonia. Aportaron 40.000 euros, que fueron a parar a los bolsillos de Millet. La familia del novio redujo la lista de invitados para aligerar los gastos.

Millet tenía que declarar por cuarta vez en el juzgado. El magistrado quería conocer más detalles sobre los presuntos pagos irregulares a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) vinculados a obras adjudicadas a Ferrovial. También tenía que responder sobre la auditoría definitiva del expolio, que confirma los 35 millones de euros de desfalco. Hasta ahora, Millet y el otro principal imputado y ex director administrativo del Palau, JordiMontull, se han limitado a admitir que expoliaron 3,3 millones, y fue en la confesión inicial.

Millet entró al despacho del juez y se negó a declarar, aunque quiso comentar a Juli Solaz el citado «matiz» sobre las bodas de sus hijas. Sólo añadió que uno de sus múltiples viajes a cuestas del Palau «también era beneficioso para la entidad». Según fuentes judiciales, Millet aseguró que «el pago de los convites estaba justificado, porque daba publicidad a la institución» y «permitía dar a conocer los salones» del emblemático edificio, en ese momento recién remodelados. Esta versión fue confirmada por los abogados de la defensa del imputado.

Por su parte, Montull también se negó a declarar y se limitó a entregar un texto al juez. El escrito asegura que el «Daniel» que aparece en varios de los documentos relacionados con los presuntos pagos irregulares a CDC no es el ex responsable de finanzas de la formación, Daniel Osàcar, quien anteayer anunció su dimisión aduciendo «razones personales». El mismo texto de Montull no aclara a qué «Daniel» se refiere.

El próximo viernes Millet y Jordi Montull tendrán que volver a los juzgados, en esta ocasión para declarar por el caso del hotel de lujo cercano al Palau y ante la juez Miriam de Rosa Palacio, la magistrada que les envió a la cárcel en junio, donde estuvieron sólo trece días.