Planteamientos nuevos

Regresó el Barça de Zúrich con una sonrisa en la cara y una copa de cava en la mano. Brindis a diez mil metros de altura después de recoger el premio a un año de trabajo y de éxito en forma de Balón de Oro. Eso sucedía el lunes por la noche. Ayer, vuelta a la realidad. A los cinco puntos de desventaja con el Madrid en la Liga, a la inoperancia lejos del Camp Nou. En definitiva, a la cruda realidad después del derbi de Cornellà.

Con el trajín del viaje a la gala del Balón de Oro, Guardiola no ha tenido demasiado tiempo para analizar el partido ante el Espanyol. A buen seguro que durante la semana dedicará el tiempo necesario a estudiar los errores que se cometieron junto a su inseparable Tito Vilanova, protagonista indirecto del Premio al Mejor Entrenador.

El Barça debe recuperar cinco puntos en la Liga si quiere ser campeón por cuarta vez. Y eso pasa por mejorar, y mucho, el rendimiento del equipo lejos del Camp Nou, donde se han escapado 11 de los 24 puntos disputados. «Es una distancia importante, pero seguiremos luchando, no bajaremos los brazos e intentaremos recuperar. Vamos a seguir trabajando», apuntó ayer Puyol.

El capitán azulgrana reconoce que el margen de maniobra es «mínimo» y que para ser campeones deben fallar «poco». «No están saliendo los resultados, aunque las ganas son las mismas. Hay que trabajar un poco más y dar un plus», explicó.

Aunque desde el club le restan importancia, sigue coleando la jugada del penalti de Raúl Rodríguez que Turienzo Álvarez no pitó. «Las manos están ahí, pero yo tampoco las vi, así que Turienzo no las pitó porque no las debió ver. No hay que entrar en estas cosas», puntualizó Puyol.

Los cuatro goles de renta de la ida hacen que los azulgrana afronten con tranquilidad el duelo de mañana en Pamplona, donde el frío será otro rival más: les esperan temperaturas bajo cero.