Cataluña

Elisabeth Ollé Curiel saca los colores al siglo XX

La pintora Elisabeth Ollé Curiel a las puertas de la galería donde expone su obra
La pintora Elisabeth Ollé Curiel a las puertas de la galería donde expone su obralarazon

Barcelona- La vida de Elisabeth Ollé Curiel está basada en el choque de contrarios. Por un lado, está su origen venezolano y sus largas temporadas rodeada de vegetación salvaje. Por otro, su vida en el Mediterráneo y su contacto con la alta cultura y la reflexión. El choque entre estas dos fuerzas es el origen de su imaginario pictórico y esa gran explosión de color que llena sus cuadros de fuerza y dinamismo. «El color es la fuente de la alegría. Su componente emocional es tan intenso que te atrapa a primera vista. Siempre ha sido la base de mi trabajo», comenta Ollé.La galería Gómez Turu acoge hasta el miércoles la obra reciente de esta hiperactiva artista en «Diario de una exposición». La muestra recoge una veintena de trabajos divididos en dos partes, los óleos sobre tela y las obras sobre papel, en un juego de espejos que demuestra la obsesión sintética de la artista. «Son las piezas en que he estado trabajando los tres últimos años. El proyecto intentaba hacer una actualización del arte del siglo XX, reconvirtiendo visualmente sus características, apropiándome de modelos como Picasso o Dufy», asegura la pintora.Las obras son síntesis puras, sin complejos, en las que enfrenta diferentes técnicas, como los aerosoles, el óleo, pintura sintética de chapados, incluso elementos en relieve, como letras en forma de herradura de plástico. «Quería mezclar elementos más clásicos con movimientos cinéticos, líneas de expresividad controlada, con explosiones de color, aires simbólicos con formas abstractas», señala Ollé.Más allá de la figuraciónLa pintora nació como artista bajo la influencia de los fauvistas, sin abandonar nunca el dibujo claro y la figuración. Matisse y Picasso fueron sus siguientes tótems, pero en la última etapa ha abandonado cualquier corsé y se ha atrevido a probar la rotura de cualquier modelo preestablecido. «Soy muy pasional e impulsiva. Pintar no es otra cosa que narrar una autobiografía. Es una explosión interior que surge en el lienzo. La creación fluye, es una fuerza», asegura la artista.Ollé se prepara para iniciar una nueva vida. En agosto adoptará a un niño y el tema de la mujer es una de las bases de esta exposición. Su nueva línea de trabajo continuará con la síntesis como base de inspiración, pero dando cabida a los grandes tótems de la pintura clásica.