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Monstruos por Rosetta Forner

La Razón
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¿Cómo puede alguien albergar tanta maldad y llegar a plantearse masacrar a inocentes? ¿Cómo alguien puede tomar como modelo de referencia a asesinos, psicópatas, o terroristas? Muchas películas y series de televisión ensalzan y mitifican al héroe violento, normalizando con ello sus conductas antihumanas. Consecuentemente hay mucho joven que ha perdido el contacto con la realidad, quedándose atrapado en la «virtual» donde los héroes no son Jesús o la madre Teresa de Calcuta sino monstruos de diverso rostro. Cuando somos pequeños, realidad y fantasía son lo mismo, razón por la cual se aconseja a los padres ver la tele junto asus hijos para enseñarles a diferenciar, e inculcarles que no deben imitar a los personajes de cómic poniéndose una capa y saltando por la ventana. Si en la infancia faltó este tipo de instrucción, y la «niñera» (así la llamó Lolo Rico –creadora de «La bola de cristal»– en 1994) fue la televisión, no debe sorprendernos el resultado. Desde hace años, los niños la ven a solas y seleccionan qué ver. Por eso, al cabo de la semana, están saturados de violaciones, defenestraciones, asesinatos... de malos modelos de referencia. La sociedad americana no es un modelo a seguir, pero hemos importado la desestructuración familiar y social. Nos falta amor, atención, guía y educación. La semilla del «factor Columbine» (adolescentes que asesinan por venganza), no sólo hay que buscarla en los hogares desestructurados sino también en la normalización de la violencia: las imágenes de guerra forman parte de los postres en los hogares. De tales programaciones, tales monstruos.