No te cuesta nada por Santiago MARTÍN

Si un día llamara a tu puerta, estimado lector, alguien preguntándote si estarías dispuesto a alimentar a una familia en la cual todos los miembros están en paro, quizá le dijeras que te gustaría mucho pero que no puedes hacerlo porque tu economía no da para tanto. Pero si te dijera que te sale gratis, aunque no entendieras cómo es o puede ser posible, le dirías que sí, y con mucho gusto. Pues eso, efectivamente, es posible. La Iglesia sostiene a 1.200.000 familias en España; lo hace con el dinero de los católicos y con la asignación tributaria; apoyar a la Iglesia marcando la casilla de dicha asignación, la que aparece en el IRPF, no te cuesta nada y estás contribuyendo a alimentar a una de esas familias. La Iglesia educa a millones de niños en las parroquias, evitando así que muchos de ellos caigan en las redes de la delincuencia o, simplemente, del hastío; ayudar a uno de esos niños, no te cuesta nada. No te cuesta nada ayudar a uno de los miles de ancianos que están en los asilos de la Iglesia. No te cuesta nada ayudar a una mujer para que no aborte. Es para ti muy fácil, si tú quieres, dar de comer a un hambriento, acompañar a un enfermo o salvar una vida. Hacer el bien, en realidad, no es tan difícil. No te cuesta nada.