Londres
Un jefe rebelde libio combatió con Ben Laden
Gadafi está jugando bien sus cartas. Mientras sus hombres contienen el avance de los rebeldes y reconquistan los enclaves de Ras Lanuf y Brega, el dictador insiste en que es Al Qaida la que está orquestando todo el complot contra su régimen.> La CIA podrá colaborar con los antigadafistas
El momento para soltar su mensaje no puede ser más significativo. Y es que es ahora cuando la coalición se plantea seriamente la posibilidad de armar a los insurgentes. Con todo, Occidente guarda cautela. Fue Hillary Clinton quien recalcó el martes en Londres que aún estaban «conociendo» a los miembros del Consejo Nacional de Transición.
Lo cierto es que sobre el terreno, el movimiento de protesta es un órgano complejo. Mientras los intelectuales de Bengasi hablan apasionadamente sobre la democracia, los derechos civiles y el pluralismo, muchos de los que están en primera línea de batalla disparan sus metralletas con la fe inquebrantable en el islam y la creencia de que Gadafi y sus secuaces son apóstatas.
La mayoría de estos últimos provienen de Darnah y pertenecen a uno de los principales grupos de contingentes conocido como «Shabaab». Su jefe se llama Abdul Hakim Al Hasidi y vivió durante cinco años en Afganistán. Los Servicios de Inteligencia norteamericanos sospechan que durante ese tiempo se reunió con Ben Laden y frecuentó campos de entrenamiento utilizados por los talibán y Al Qaida. No obstante, no es fácil establecer ahora vínculos que le relacionen con terroristas.
Cuando el rotativo «The Independent» le preguntó sobre su pasado, se limitó a decir que no quiere la «talibanización» de Libia». Se negó a aclarar una supuesta observación en la que alababa los «puntos buenos» que tenía Ben Laden y dijo que sus supuestas relaciones con Al Qaida eran «meros cuentos».
Maestro de Geografía antes de que empezara la guerra civil, Hasidi, de 45 años, insistió al rotativo que no daría explicaciones sobre quién le dio lecciones de armas en Afganistán, aunque sí reconoció haber estado en el país asiático. «Estuve allí en 2001 y no me gustó el ataque de EE UU. Una gran cantidad de civiles, mujeres y niños fueron asesinados por las bombas. Odiamos a EE UU por lo que hizo. Ahora vamos a aceptar su ayuda para luchar contra Gadafi, pero no podemos olvidar lo que pasó», recalcó.
La ciudad de Darnah tiene reputación por su devoción al islam. En Libia es conocida por mandar voluntarios a la «yihad». En 2007, los documentos encontrados por las fuerzas norteamericanas en Irak revelaron que de los 112 combatientes extranjeros de Libia, Darnah, con una población de 48.000, había suministrado 52.
Los expertos han advertido de que las palabras de Gadafi para intentar demonizar a los rebeldes son simplemente una táctica para ganar tiempo, pero lo cierto es que figuras como la de Al Hasidi respaldan la teoría de James Stavridis, comandante del Cuartel General Supremo de la OTAN en Europa, que el martes aseguró ante el Senado de EE UU que había signos que hacían pensar que entre las fuerzas que luchan contra el coronel podría haber miembros de grupos terroristas.
La coalición aún no ha decidido si armará a los insurgentes, pero cada vez cobra más peso la posibilidad de apoyarlos con logística, ya que la mayoría de los grupos parecen ser hombres y mujeres que luchan por la democracia. Occidente tiene además en cuenta que si el dictador sigue ganando terreno, se podrían crear vacíos de poder en determinadas aldeas que sí propiciarían la entrada definitiva de fanáticos violentos.
En este sentido, el «premier», David Cameron, se sumó ayer a la postura de Francia y EE UU y afirmó en el Parlamento que no descartaba equipar a los rebeldes. «En cuanto al terreno, es una situación extremadamente fluida, pero no hay duda en la cabeza de nadie de que se está aún violando el alto el fuego y es totalmente correcto que nosotros mantengamos la presión en virtud de la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad de la ONU», agregó.
Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, que también compareció en la Cámara de los Comunes para informar sobre el encuentro de la coalición en la capital británica, anunció que Reino Unido había decidido expulsar a cinco diplomáticos libios porque suponían una amenaza para la seguridad del país.
Bélgica y España no quieren armar a los opositores
El ministro de Exteriores belga, Steven Vanackere, dejó claro ayer que su país rechaza la posibilidad de armar a los rebeldes porque sería ir «demasiado lejos» y costaría a la comunidad internacional «el apoyo del mundo árabe». Obama y Cameron han defendido la idea dar armas a los alzados, mientras que Francia ha reconocido que esta va más allá de la resolución 1973, aunque ha matizado estaría dispuesto a analizar esta cuestión. España asegura que la ONU ha establecido un embargo de armas que rige para las dos partes, por lo que, sería necesaria otra resolución.
2001
Combatiente pro talibán
Lucha contra las tropas extranjeras en Afganistán y llega a conocer a Osama Ben Laden, de quien destaca que «tiene sus puntos buenos».
2002
Fugitivo en Pakistán
Ese año es capturado en Peshawar, en la frontera del noroeste paquistaní. Posteriormente es entregado a Estados Unidos.
2008
Preso político en Libia
Después de ser liberado en 2008 se marcha a Libia, donde asegura haber sido también «un preso político» del régimen de Gadafi.
2011
Revolucionario del 17-F
Participa en las protestas contra el régimen y se erige como «jefe de seguridad» de los rebeldes en Darnah, al este, al frente de 1.200 hombres.
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