Barcelona

El PP catalán tensa la cuerda con CiU y compara a Mas con Ibarretxe

Sánchez-Camacho, presidenta regional, detalla su proyecto en Madrid con el respaldo de la cúpula popular.

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El PP escenificó ayer en un conocido hotel madrileño la importancia que concede a las próximas elecciones catalanas. Una conferencia de la presidenta regional y candidata, Alicia Sánchez-Camacho, reunió a la «flor y nata» de la dirección popular, encabezada por su presidente, Mariano Rajoy.

Desde Manuel Fraga hasta Alberto Ruiz Gallardón, pasando por la «número dos» y la «número tres» del partido, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, respectivamente, y por dirigentes catalanes como Alberto Fernández. Todos a una, como en Fuenteovejuna.

La trascendencia que Génova concede a unas elecciones en las que no se juega un gobierno, sino conseguir ser «decisiva», como ocurrió en el País Vasco, se traducirá en una muy significativa presencia del propio Rajoy en la precampaña y en la campaña electoral. Por de pronto, buscan huecos en su agenda para que pueda estar en Cataluña la mitad de los días de duración oficial de la campaña. Este sábado participará en un acto de su partido en Barcelona. Pese a este calendario, nada más lejano al deseo del PP regional que dar una imagen de injerencia o de dependencia de Madrid. Y por eso tiene «pactado» con la dirección nacional que se reserve su imagen de autonomía y autosuficiencia, lo que implica que el liderazgo de la toma de decisiones y de los mensajes se deja en manos de Sánchez-Camacho, siempre en una coordinación soterrada con Madrid. El desembarco de dirigentes nacionales también estará muy estudiado.

Otro de los pilares de la estrategia de los populares catalanes consiste en agrandar su distancia con CiU, con la vista puesta en el granero de votos que comparte con esta formación. Aunque preventivamente Génova siempre subraya que en materia económica y social tienen más puntos en común con los convergentes que con el PSC, al margen de los desencuentros irreconciliables en el modelo territorial.

Sánchez-Camacho cargó ayer con dureza contra el líder de CiU, Artur Mas, de quien dijo que «parece querer convertirse en el próximo Ibarretxe catalán», bajo formas «suaves». La dirigente catalana se desmarcó tanto de la posibilidad de un acuerdo postelectoral con la coalición nacionalista como con el PSC por la deriva soberanista de ambos, si bien salvó la posibilidad de alcanzar esos acuerdos económicos con CiU en el Congreso que tan bien le vienen al PP nacional.

De cara a las autonómicas, el PP catalán apela al modelo vasco y reivindica para sí el mismo objetivo: «limitar las políticas nacionalistas de exclusión» y garantizar una Cataluña «constitucional y fuerte» en una «España de todos». «Si el PP no hubiera llegado a un acuerdo con el PSE, Patxi López estaría haciendo una política muy parecida a la que ha estado practicando hasta ahora Montilla», sostuvo Sánchez-Camacho.

Los populares primarán en su discurso electoral la cuestión económica y social, con la crisis y sus consecuencias como telón de fondo, e intentarán no dejarse arrastrar por el debate identitario y estatutario que intenten imponer los nacionalistas.