Cumbre de la UE
Silencio telefónico
Hablábamos ayer de la «depre» socialista, en palabras del ex presidente del Gobierno González. Decíamos también que existe gran inquietud entre los miembros del Gobierno y los cuadros del partido por el hermetismo de Zapatero. La situación que atraviesa el jefe del Ejecutivo da para toda clase de rumores, incluido también la crisis gubernamental. Pero existe un efecto secundario que condiciona el día a día de la gestión de los responsables de los departamentos. Comentan los ministros a quienes les quieren escuchar las importantes dificultades que encuentran para comunicarse con el presidente cuando llaman a su despacho. La escena se repite una y otra vez y con distintos protagonistas al otro lado de la línea. Ya es habitual que los ministros marquen el número de teléfono y no puedan hablar con Zapatero. Para dudas, consultas o coordinación, la respuesta es el silencio telefónico. Y, además, su teléfono móvil lo tienen sólo muy pocos ministros.
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