Otra peleíta por Lucas Haurie

En el colmo del sectarismo, la Junta de Andalucía antepone las riñas partidarias a la creación de riqueza con su bloqueo de la venta de la antigua comisaría de La Gavidia. Es el españolísimo deseo de ser tuerto siempre que el adversario termine ciego porque no se entiende de ningún modo el celo reglamentista que empuja a la Comisión del Patrimonio a vetar unos grandes almacenes en plena zona comercial. Es la misma administración autonómica cuyos responsables avanzan con paso seguro hacia la cárcel por distracciones por encima del millar de millones de euros, una nadería. «Dejémonos de joder», replicarían en Argentina, y algo parecido les espetó anteayer Chamizo en el parlamento regional: se trata de otra peleíta pero los golpes de Espadas y sus esbirros de la Consejería de Cultura no van al lomo de Zoido, como creen, sino al bolsillo de una ciudadanía asfixiada. ¿Qué mal pueden traer el alivio de las arcas municipales y la generación de algunos centenares de puestos de trabajo? ¿De verdad no merece la pena un poquito de flexibilidad? No, con tal de que el alcalde no se anote un tanto. Habrá que denunciar su miopía para no pensar que es simplemente mala baba. Prefieren heredar la ruina a colaborar en la recuperación.