Mónaco

Bodas que agotan

La Razón
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Eso es lo que me pasa con la boda de Mónaco, al final terminaré yendo a lo peor, que suele ser lo más divertido, y lo que voy a terminar recordando de los últimos tiempos del principado es a Paqui la de Mónaco, aquella inefable y pintoresca señora que se hizo famosa cuando su sobrino, el equilibrista y fornido Adans Peres, se casó con su alteza serenísima (más le cuadraba alocadísima) la princesa Estefanía. Todas las revistas tienen en portada a la pareja principesca o abren ventanas con grandes reportajes interiores. En medio de todo este despliegue aparece la noticia que varios medios europeos han puesto en circulación: Charlene descubrió el secreto mejor guardado del príncipe y huyó a su tierra africana. Otros menos románticos, que posiblemente sean los mejores informados, aseguran que la nadadora conocía el secreto desde el primer día que saludó al príncipe Alberto, que la espantada de la Wittstock pretendía, presuntamente, asegurarse unas mejores condiciones en su contrato matrimonial. De todos es conocido que en estos enlaces queda escrito en caso de divorcio las condiciones y beneficios posibles. En «¡Hola!» también aparece una nueva Blanca Cuesta, tan nueva que no parece ella. Dice algo obvio: «Tengo muy claro que lo nuestro es para siempre». Como si el muchacho fuese para soltarlo; a parte del pastón que ya disfruta, con el tiempo le caerá la mundial económica. Blanca administrará estas circunstancias de forma muy favorable. Y es que cuando la fortuna está por caer, el amor se hace eterno. Guapísima también en «¡Hola!» Mar Saura, otra mujer que es más de alfombra roja y revistas que actriz de cine. Manolo Santana aparece con la mujer con la que comparte su vida hace tres años, se le ve joven y feliz y encima triunfa como bodeguero.