Bruselas
Los catalanes pagarían más a la UE si se separan
Entregarían 247 euros al año a Bruselas por los 204 de ahora. Los españoles, sin Cataluña, reducirían su aportación a 190 euros
BRUSELAS- El supuesto «negocio» económico de la independencia para los catalanes no está claro. De hecho, si los nacionalistas consiguieran su objetivo de secesión y su nuevo Estado consiguiera el reconocimiento del resto de la comunidad internacional y cumpliera los criterios de adhesión para su reingreso en la UE, se enfrentarían a una realidad económica que, estadísticamente, les situaría entre los países más ricos, y por tanto entre aquellos contribuyentes netos al club. Es decir, cada catalán pagaría a la UE cifras más cercanas a las cotizaciones que afrontan holandeses, austriacos y alemanes que las de los españoles, que a su vez bajarían su renta per cápita relativa y seguirían disfrutando de más ayudas europeas (ver gráfico). Las propias cifras de los independentistas lo confirman. El estudio desarrollado por el economista Jacint Ros i Hombravella para ERC sitúa a Cataluña como el sexto «país» con más riqueza per cápita de la UE, con 28.000 euros, sólo superados por los habitantes de Luxemburgo (63.000), Irlanda (30.900), Países Bajos (30.600), Austria (28.400) y Suecia (28.499). Por detrás figurarían Dinamarca (27.700), Reino Unido (27.500) y Alemania (27.400), mientras que España estaría en el puesto 12, con (24.500).
De cara a su aportación al presupuesto de la UE, las incógnitas son insalvables y lo único comparable son los últimos datos estadísticos del PIB regional de Eurostat, correspondientes a 2008, uno de los años de referencia que se utilizará para definir el próximo marco presupuestario plurianual 2014-2020. Estos datos revelan que el PIB per cápita de Cataluña fue entonces de 27.900 euros, mientras que el de Alemania fue de 30.200 euros y el de España de 23.900 euros; unas cifras que dejan en evidencia que el salto relativo que daría la «nación catalana» en el ránking sería espectacular y se enfrentaría a un «efecto estadístico» brutal, similar al que afrontó la propia España con la entrada de los diez nuevos países miembros, que tumbaron la media europea de riqueza. Sólo una dura negociación logró mitigar ese efecto sobre España y le permitió seguir gozando de ayudas en un periodo transitorio para el Fondo de Cohesión y a las ayudas regionales. Con ello, la contribución española a las arcas europeas al final del periodo, al que llegamos este año, alcanza casi la estabilidad, una situación que para Cataluña se vería invertida hacia los pagadores.
Según la proyección estimativa realizada por LA RAZÓN –con datos de Eurostat, INE y BCE–, cada español contribuye hoy a la UE con unos 204 euros al año. En el caso de que Cataluña fuera independendiente, sus habitantes deberían aportar, de haber logrado la adhesión, unos 247 euros. Por contra, los españoles sin Cataluña aportarían menos, unos 190 euros.
A la luz de estos datos, y teniendo en cuenta que las dos terceras partes del presupuesto de la UE se forman con el 0,73% de la renta nacional bruta de cada Estado y cada uno contribuye en función de su renta per cápita, su crecimiento, sus intercambios comerciales, etc…, la nueva Cataluña independiente sería un fiasco.
Ésa es también la conclusión del catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid Mikel Buesa, quien ha realizado una simulación en la que concluye que el proceso de adhesión del hipotético país a la UE tardaría unos cinco años y el de entrada a la moneda única otros cinco, lo que dejaría aislada a Cataluña no menos de diez años. Las exportaciones hacia España, por el efecto frontera, la protección arancelaria y los costes de transacción, experimentarían un aumento de precios del 40,07%. Y, como consecuencia, su volumen acabaría reduciéndose en 44.112 millones de euros, trasladándose esta caída a la producción, de manera que el PIB caería un 20,3%. Las exportaciones catalanas al resto de la UE, en virtud del arancel y los costes de transacción, se encarecerían en un 14,07%, y la traslación de este efecto negativo al PIB sería equivalente al 3,1%.
Sin embargo, las incertidumbres sobre los efectos de la secesión hacen que las diferentes simulaciones no coincidan. Así, según la de Buesa, el nuevo Estado registraría una contracción tal que la renta per cápita caería de los 29.457 euros actuales a sólo 22.575, por lo que de ser una región más rica que la media española pasaría a ser una nación más pobre.
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