«CR7» ansiedad ineficaz

MADRID- Cristiano ha aprendido (parece que como Mourinho, en cuanto aprenden a vivir con la presión implícita al club del mundo que más la concita) a serenarse, a ahorrarse los aspavientos que mermaban su carisma, a huir de ciertas rencillas y provocaciones gratuitas sobre el césped que en nada le favorecían. Pese a su positiva evolución personal en este sentido, aún hay coyunturas que le provocan ansiedad: lesionarse, la inoperancia injustificable del Madrid en ciertos partidos pretéritos y, por encima de eso, sobre todo, el duelo personal con Messi (la vida del «segundón» no es fácil de llevar) y colectivo con el Barcelona le pueden. Haga lo que haga, trabaje lo que trabaje, Messi se lleva los grandes premios individuales, pese a que él tiene los mejores números de 2011. Cristiano fue «Pichichi» y «Bota de Oro», pero el «Balón de Oro» fue para Messi. Y en esta edición, el argentino tiene todas las papeletas para volver a llevárselo y él para ser segundo. Además, en el clásico en el que más favorito parecía el Madrid, el Barça volvió a ganar.

A Cristiano le revienta, más que los insultos (esos, dice que le estimulan y con ellos se crece sobre el césped), que le hagan burla. ¡Messi, Messi..!, le han gritado a su paso en algún lugar que otro. Se revuelve a base de goles y casta, trabajo y más goles, de tal forma que los «hats-tricks» han ido lloviendo como nunca en su carrera, pero sabe que le falta hacer un gran partido ante el Barcelona –motivo por lo que, a día de hoy, los clásicos siguen generándole ansiedad–. El resto ya lo ha hecho.

Cristiano ha marcado 60 goles en 2011 logrados en 60 partidos, 53 de ellos en partidos oficiales con el Real Madrid (un gol por partido). Una media que es porcentualmente mayor en este primer trimestre de temporada –20 goles en Liga, 3, en Liga de Campeones y 1, en Copa el Rey–: 25 dianas en 21 partidos (1,19 goles por encuentro). Sin embargo, siente que nada de eso es tenido en cuenta y sus detractores sólo ponen de relieve sus ocasiones falladas frente al Barça.

Tampoco lleva bien los comentarios de que juega más para su lucimiento y currículum personal que para el colectivo. A su favor, hay que decir que Cristiano Ronaldo lleva ofrecidos este curso ocho pases de gol: seis, en Liga y dos, en Liga de Campeones. Por todo ello, la reacción de Cristiano tras sus tres goles del sábado al Sevilla fue de que había «callado bocas». Quizá no. Quizá jugó sin ansiedad, la que le resulta ineficaz frente al Barcelona.

Almuerzo y reparto de juguetes
Ya es Navidad en el Real Madrid. El club vivió ayer, tras el entrenamiento de la primera plantilla de fútbol y el partido de la Liga Endesa de la sección de baloncesto, el tradicional almuerzo navideño. Tras la sobremesa, en la que Cristiano Ronaldo charló absorto con Alfredo di Stéfano, los jugadores y cuerpo técnico de ambas plantillas se repartieron por once hospitales madrileños donde ofrecieron regalos, pero, sobre todo, ilusión a los niños ingresados. La mayor y más mediática comitiva (Mourinho, Karanka, Casillas, Cristiano y Felipe Reyes) la disfrutaron en el Hospital Sanitas La Moraleja.