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«Cualquier mediación internacional con ETA es un gravísimo error»

Tras su intervención inicial, el presidente de FAES respondió a las preguntas de cuatro periodistas: Gloria Lomana, directora de informativos de Antena 3; Javier González Ferrari, presidente de Onda Cero; Albert Montagut, director de ADN; y Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN.

«Cualquier mediación internacional con ETA es un gravísimo error»
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–GLORIA LOMANA: ¿Es usted de los que creen que ya ha comenzado el postzapaterismo?
–JOSÉ MARÍA AZNAR: Alguien ha dicho con acierto, me parece que el presidente del PP, que el actual Gobierno está en tiempo de descuento y tiene razón. Más que este diagnóstico, me preocupa lo que puede suponer la prolongación de una agonía en España política como la que vamos a vivir. La situación está terminada desde hace tiempo y creo que al interés general de España conviene poner fin a esta situación cuanto antes. Los políticos y algunos dirigentes debían pensar de vez en cuando en el interés general de España. Me preocupa, porque ese proceso va a ser un proceso agónico, muy difícil, muy duro, pero sin duda la consecuencia de ese proceso agónico va a ser que la situación del país claramente va a ser todavía más difícil dentro de un año y medio. Parte de eso también ocurrió en 1996 y los mensajes que recibían los ciudadanos eran mensajes negativos, mensajes de no hay otra política posible, no se puede hacer otra cosa, hay que resignarse... Eso es de lo que tenemos que salir.

–G. L.: ¿Qué le preocupa más, la crisis institucional o la económica?
–J. M. A.: La institucional, porque es fruto de la ruptura de un proceso histórico y hay que recuperar el proceso histórico, rehacer lo que se a roto, recuperar el daño institucional que se ha producido estos años y si hacemos eso es cuando podremos afrontar la crisis económica. España no es un país sólo con una crisis económica. Sobre todo tenemos una crisis política, y a esa crisis hay que darle una respuesta clara para afrontar la económica.

–JAVIER GONZÁLEZ FERRARI: En el 96 hubo que levantar algunas importantes hipotecas, pero en 2012 lo que usted nos ha dibujado es que va a haber que levantar un país que está a medias entre la resignación y la desmoralización. Esto me lleva a preguntarle por Álvarez Cascos. Ahora mismo, por ejemplo en Asturias, donde el PSOE tiene muchas probabilidades de ganar, ¿por qué no poner a alguien que da garantías, como Álvarez Cascos, o es que hay que negar a la gente que pudo levantar la hipoteca del año 96 que pueda levantar la de 2011 y 2012?
– J.M.A.: No voy a decir quién debe ser el candidato del PP en ningún sitio, no porque no tenga criterio, sino por razones de prudencia. Sólo puedo hacer un elogio personal grande de Francisco Álvarez Cascos. Primero, la historia del PP quien la quiera escribir no la podrá escribir sin referirse a diez años en los que fue un brillantísimo secretario general del Partido Popular. En segundo lugar, como vicepresidente del Gobierno, como ministro de la Presidencia y de Fomento, sólo tengo palabras de elogio y agradecimiento. Es una persona política de primer nivel en plena forma.

–J. G. F.: ¿Qué papel puede y debe jugar el PP en Cataluña después de las elecciones del 28 N?
–J. M. A. : El PP es un partido nacional y España necesita un partido nacional como el PP. Es muy importante que el PP siempre actúe como un partido nacional y que lo haga en todas las partes del territorio nacional. Y la vinculación de todas las partes del territorio nacional con un proyecto nacional es una clave del éxito. Creo que en Cataluña se ha abierto una dinámica política consistente en ver quién es más soberanista de los actores en juego. Y esa política no conduce a ningún sitio bueno. Cuando abiertamente se habla de soberanismo, de independencia, de ruptura... estamos en la etapa de la ruptura de los consensos básicos. Ése no es el camino recomendable y por tanto lo que puede hacer el PP y los ciudadanos de Cataluña para enderezar esa situación será muy importante y muy avalado por los españoles.

–ALBERT MONTAGUT: Los ciudadanos piden y exigen un cambio de limitación de mandatos, un sistema más proporcional, listas abiertas, eliminar la corrupción, que los políticos sean un referente moral... ¿Por qué los grandes partidos no se atreven a abordar este cambio?
–J.M.A.: Vivimos un momento en la cual la recuperación y regeneración institucional es absolutamente necesaria, en el que es muy importante que los partidos entren en unas dinámicas no de ensimismamiento ni de burocratización sino justamente de entender el sentido de las cosas y de apertura y otra cosa distinta es el tocar las líneas del juego que siempre es complicado. Si me habla de limitación de mandatos solo le puedo decir que aquí estoy en carne mortal, a mi no me tiene que convencer. Si me habla de listas abiertas, existen en el Senado, lo que pasa que la práctica política hace que funcione igual que el congreso. ¿Sería determinante el sistema de listas abiertas? Creo que no. En cuanto a la corrupción siempre he dicho que el mejor antídoto es cumplir la ley y actuar con transparencia. Esto exige también a su vez ejemplos que puedan servir de pauta a la sociedad.
–A. M.: Mi pregunta está relacionada con el tea party. ¿Es un movimiento político demagógico, un movimiento que ya algunos consideran ultra o el inicio de una transformación total de la política en América y que puede llegar a Europa?
–J.M.A.: Eso del tea party es una cosa semi fascista. Es un movimiento basado en tres valores: la identidad de la nación americana, menos impuestos y menos Gobierno. Así no parece una cosa muy extremista, pero los miembros del tea party, que no es una organización sino algo espontáneo. Por tanto intentan introducirlos en la línea de definición política del partido republicano y les va razonablemente bien. Puede cuajar o no, pero eso tendría un problema irresoluble el día que se le ocurriese a alguien transformarlas en un partido político porque tendría los mismos problemas que hoy critican. ¿Puede haber gente que tenga la tentación en hacer en otros sitios de Europa algo parecido?, puede haber la tentación, pero mi recomendación es que el padre nuestro recomienda no caer en la tentación.

–FRANCISCO MARHUENDA: ETA ha regresado más débil y se ha conocido que Chávez los acogió para entrenar los. ¿Cómo habría que actuar frente a Venezuela? ¿Existe el riesgo de que la banda vuelva a las instituciones?
–J.M.A.: Espero que ese riesgo no se convierta en una realidad. Me parece fundamental el respeto y el mantenimiento y, si fuese necesario, el reforzamiento de la Ley de Partidos. La ley que dio pie al proceso que determinó la ilegalización de Batasuna debe mantenerse. En ningún caso se puede dar pie a la internacionalización de esa situación. La acción de cualquier tipo de mediación internacional o cualquier intento de internacionalización de este asunto es un gravísimo error que va directamente en contra de los intereses de España. Por tanto, espero que las dos cosas sean mantenidas de forma absolutamente escrupulosa. Respecto a Venezuela, si esto es así, y se confirmase que se han entrenado terroristas para actuar en España, es de extremada gravedad. Yo creo que el Gobierno español tiene la obligación de hacer una revisión completa de cuál es la situación y extraer toda la información indispensable. Un Gobierno responsable debe saber extraer las consecuencias.

–F. M.: Cuando Rajoy llegue a la Presidencia del Gobierno, se va a encontrar una crisis económica e institucional, pero también un problema de fondo de enorme trascendencia: las tensiones de las formaciones nacionalistas que someten al Estado a una tensión difícil de asumir. Se va encontrar con que España está cada vez más pequeña y con que las autonomías tienen mas competencias. ¿Cómo se puede afrontar este problema de que cada vez haya menos España y de que los partidos nacionalistas persigan un horizonte de independencia?
–J.M.A.: Esa situación que usted refleja es uno de los máximos efectos del proceso de quiebra institucional y de ruptura que estamos viviendo y que estamos sufriendo. Hay dos cosas que tienen que funcionar: si usted rompe la lealtad a la nación española, pone en cuestión todo, y es lo que se está poniendo en cuestión. Hace 10 años era impensable que se hablara de independencia como se habla hoy. Es sorprendente la irresponsabilidad con que algunos hablan nada menos que de acabar con la Historia del país o desmembrar a un país como si hablasen de cualquier cosa. Y sin ser conscientes de lo que eso supone. No en términos históricos, sino en términos de la misma convivencia. Yo lo dije públicamente; detrás de esta raya sólo hay problemas, abismo y discusiones sobre la independencia y la separación. Es muy importante mantener esa raya porque no existe en el mundo un proceso de descentralización infinito ni tampoco un proceso donde una nación pueda ir poco a poco desagregándose como puede ser el caso de España. Por tanto, la idea de nación de España es fundamental y no es incompatible con la idea pluralidad de España. Es necesario recuperar las tareas del Estado para ser un estado fiable y efectivo. No es necesario, es imprescindible. A eso se le llama hacer política.