Sevilla
Dieciocho años de cárcel para el principal acusado por asesinato
SEVILLA- Dieciocho años de prisión y el pago de 612.000 euros por el asesinato de Juan Fernando Martínez Sánchez en la Feria de 2009. La Sección Séptima de la Audiencia ha considerado la agravante de alevosía en Jesús Estévez Correa, nacido en 1987, al estimar que apuñaló mortalmente de manera «vil» con un cuchillo jamonero a la víctima, que intercedió en un riña previa por el robo de una chaqueta por parte de Martín Sánchez, amigo del principal acusado, también encartado en la causa pero por hurto.
La Audiencia considera probado que estando en el Paseo de los Remeros, sobre las 3:15 del 1 de mayo de 2009, «el acusado Martín Sánchez Becerra», nacido en 1980, «cogió para sí el chaquetón que su dueño –un amigo de la víctima– había dejado allí apoyado». Al ser avisado de lo ocurrido, el dueño del abrigo reclamó su propiedad y «al negarse el acusado, (...) se la arrebató», según consta en la sentencia. Tras ello, tuvo lugar una trifulca, en la que participaron, entre otros, el asesino y otro tercer encartado, Juan Antonio López Vargas, nacido en 1.987. Martín Sánchez ha sido condenado a nueve meses de cárcel por un delito de riña tumultuaria y al pago de 400 euros por una falta de hurto en grado de tentativa. A López Vargas le han caído nueve meses por el delito de riña tumultuaria y otros nueve y el pago de 400 euros por un delito de resistencia a agente de la autoridad en concurso con una falta de lesiones, más una indemnización de 1.100 euros al policía.
Cuando la víctima trató de separar en la pelea, enfrentándose a los tres acusados, Estévez «sacó un cuchillo jamonero que tenía escondido con el que de forma inopinada propinó a Juan Fernando un golpe en el pecho sin que nada pudiera hacer para defenderse». El cuchillo, robado previamente en una caseta de la Feria por uno de los encartados, «tenía una hoja metálica (...) con una longitud de 27 centímetros y una anchura de 18 milímetros». La hoja fue introduce «45 milímetros» y «atravesó el corazón». El ataque causó la muerte «inmediata» de Fernando, tras caer dos veces al suelo.
La Audiencia –que también ratificó los autos de insolvencia de los procesados– admite que «no hay prueba directa de que el acusado fuera el autor de la única cuchillada», pero «sí hay severos indicios». «Hay prueba testifical acreditativa de que el procesado reconoció haber propinado la cuchillada», al escuchar varios testigos que el procesado princiapal –en libertad tras el pago de fianza, al igual que los otros dos acusados– admitía los hechos y que llegó a quedarse con el mango del arma en la mano, el cual tiró después al río.
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