Deportes
Deportes al límite por el Dr Bartolomé BELTRÁN
La frecuencia con la que se ofrecen competiciones deportivas por la televisión puede llevar a pensar a algunos que el ejercicio de alto nivel es fácil y está al alcance de cualquiera. El deportista aficionado debe conocer sus límites y no superarlos nunca. Para el simple mantenimiento de la salud, basta con ejercicios poco exigentes, realizados con asiduidad. Si lo que se quiere es practicar deporte a cierto nivel y se tienen condiciones para ello, bien está exigirse, pero sin pasarse. De las muchas guías que podríamos dar para ello, la mejor sin duda alguna es el propio cuerpo, las sensaciones que nos transmite. Debe escuchársele siempre. Uno de los límites, inevitablemente, es la edad. Casi no hace falta recordar que hay deportes que pueden ejercitarse a cualquier edad (natación, golf, pedestrismo, ciclismo), mientras que de otros (fútbol, artes marciales) hay que saber retirarse a tiempo, pues la posibilidad de lesiones crece en proporción geométrica con la edad. En todos ellos, la persona de una cierta edad ha de saber renunciar a figurar en el medallero.
Dos requisitos esenciales del ejercicio físico como parte de un estilo de vida sano son que el ejercicio sea recreativo y se realice con fines saludables. Los deportes llamados «de riesgo» puede que cumplan la primera función, pero desde luego no la segunda. En el concepto de «deporte de riesgo» se incluyen los deportes en los que el riesgo forma parte del disfrute (por ejemplo, paracaidismo); además, muchos de ellos suelen tener más de riesgo que de deporte. Aun así, casi en cualquier deporte hay que tener presente la posibilidad de accidentes. Por eso, una norma esencial es la de tomar las precauciones pertinentes: cascos, protecciones de codos y rodillas, ropas reflectantes, y seguir las normas, la práctica y la experiencia que los expertos aconsejen para reducir al mínimo el riesgo de accidentes o sus consecuencias. Seguro.
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