España

De oficio conspirador por Alfonso Merlos

La Razón
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Los infundios y las insidias que Rubalcaba se obstina cada mitin en verter contra Rajoy son la prueba del algodón de la desesperación con la que está empezando a disputar el último partido de su vida. Las difamaciones y mentiras incesantes que como una máquina propala el Rasputín de Solares nos descubren a un socialismo en irreversible proceso de degeneración, decadencia y putrefacción.
No tienen remedio ni lo van a encontrar con un liderazgo siniestro. Día sí y día también la orquesta de cuerda, viento y percusión de la izquierda satiriza a quienes desde posiciones conservadoras y liberales ven en Rubalcaba la encarnación del mal, un dirigente en retirada que ha volcado su inteligencia en causar un daño difícilmente reparable a España. ¿Acaso no es así?
La «esperanza roja», el hombre llamado a rescatar a una nación postrada y desnortada ha estado detrás de la promoción, perpetración o justificación de las más dolorosas estocadas que se le han clavado a nuestra malherida democracia. La demolición del sistema educativo, el crimen de Estado, el hundimiento económico, la corrupción institucionalizada, la crisis moral, la negociación y eventual colaboración con ETA conforman el historial de enfermedades que han llevado al sistema al borde del colapso. Y detrás de todas se atisba sombrío el genio oscuro de Rubalcaba. Siempre en la conspiración, siempre en la conjura, siempre en el poder.