Los vecinos de Fortuny tienen miedo

Los vecinos de la Castellana llevan meses quejándose del aumento de prostitutas de distintas nacionalidades en las calles del barrio, entre ellas: calle Fortuny, Almagro, Jorge Juan y alrededores. Un entorno tranquilo y de carácter más bien residencial.

Ya consiguieron que se marcharan del entorno hace años, tras varias manifestaciones y concentraciones, pero ahora han vuelto. El carácter itinerante y la capacidad de adaptación a distintas zonas de la capital parecen ser las principales son características de la profesión más antigua del mundo. Al parecer, lo que hizo saltar las alarmas sobre los cambios en la zona fue la denuncia que interpuso un vecino ante la comisaría de Policía. La calle Fortuny y sus alrededores tienen además la característica, explican desde el grupo municipal socialista, de que las tarifas de las prostitutas son más elevadas y pueden llegar a cobrar más que en otras zonas de Madrid, entre 100 y 200 euros la hora, según Ep. Las meretrices suelen alojarse con sus clientes en hoteles o aparcamientos de la zona. Este barrio está muy bien valorado por las trabajadroras del sexo, que consideran la zona «tranquila»; además suelen tener clientes fijos y aprovechan el trasiego de dos conocidos burdeles de la zona.

En Madrid, miles de personas ejercen la prostitución en las calles. Las cifras bailan según a quien se pregunte, por la dificultad para realizar estadísticas oficiales. Además, hay que tener en cuenta que muchas de las mujeres que practican sexo a cambio de dinero viven en la capital sin constar en ningún registro. Son «sin papeles» que en la mayoría de los casos dependen de redes organizadas. Todas ellas se encuentran repartidas por los alrededores de colonia Marconi, Alcalá de Henares, Villaverde,Montera, Gran Vía, Jacinto Benavente, Casa de Campo o Cuzco, y ponen de manifiesto que parece un asunto de difícil solución pese a la férrea presión que las autoridades y otros colectivos ejercen.