Crítica de cine
El timador timado por Miguel Á ALMODÓVAR
La dieta proteinada lleva ya bastantes años resistiendo los embates de otras miles de dietas maravillosas y mágicas que sobre el papel permiten engañar al organismo como si fuera un tonto del haba, pero en las que al final la cosa resulta responder al mismo esquema del clásico timo de la estampita, en el que el bobo se queda con la panoja del avispado. La dieta de primera referencia se basa en movilizar la grasa corporal induciendo la cetosis, idea basada en la convicción de que como para el organismo el más fácil quemar carbohidratos que proteínas, sólo hay que casi suprimir aquellos y primar éstas para que el cuerpo empiece a tirar de lorzas en aras de resistir el embate. Cierto es que el sistema funciona a la hora de perder kilos, pero a costa de provocar un serio desequilibrio orgánico y de obligar a prescindir de productos de consumo tan mundialmente extendido y popular como la pasta, el pan y el arroz. De manera que, lo apuntado, al final, el timador será el timado.
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