Ankara
Los crímenes de Asad incluyen el asesinato de 307 niños
Naciones Unidas exige que se actúe para frenar la violencia
ISLAMABAD- Las presiones para que Bachar al Asad ponga fin a la violencia –que se ha cobrado ya más de 4.000 muertos, entre ellas 307 niños, según la ONU– siguen en aumento. El organismo internacional pidió ayer que se actuara para frenar las «graves violaciones de los derechos humanos». En suma, a las sanciones económicas de la comunidad internacional se unen los llamamientos de la Conferencia Islámica (OCI) que pidió ayer al presidente sirio que acabe con la represión contra los civiles y firme el protocolo para permitir la entrada a observadores árabes. La OCI expresó su firme oposición a una intervención internacional en Siria, en alusión al llamamiento del alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, que instó a las potencias occidentales a tomar medidas «urgentes y eficaces» para proteger a la población. Ante el contexto de una guerra civil en Siria, el Ejército Sirio Libre, que aglutina a miles de militares desertores, ha decidido poner fin a sus ataques contra objetivos del régimen. «Usaremos las armas únicamente en actos de defensa propia o para defender a civiles durante las protestas, cuando están bajo amenazas de las fuerzas del régimen o de los shabiha (matones del Al Asad)», declaró desde el exilio en Turquía, el coronel Riad al Asaad, jefe del ejército rebelde.
Desde hace tiempo los opositores sirios buscan un acuerdo para evitar cruzar «las líneas rojas» y convertir las revueltas pacíficas en un conflicto armado. Damasco respondió ayer a las sanciones impuestas por Ankara, con la suspensión del Tratado de Libre Comercio con Turquía. Mientras tanto, el régimen sirio busca otra salida al bloqueo comercial y financiero y ampliará sus inversiones y el intercambio mercantil con Irak, país que votó en contra de las sanciones impuestas por la Liga Árabe.
Damasco también acusó a la ONU de «reforzar la crisis en el país en lugar de respetar su mandato». Las autoridades sirias insisten en que Al Asad llamará a un diálogo social «por la paz». Mientras, en las calles del país el régimen sigue aplicando la violencia contra los manifestantes que exigen su caída.
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