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Los peones de Soraya por Carmen Gurruchaga
El Partido Popular ha accedido al poder en un país sumido en una crisis económica cuya muestra más dramática es la falta de empleo y la incertidumbre sobre el futuro de la nación. Y ahora, le toca revertir la penosa herencia recibida de manos del PSOE. En esta ardua tarea, el presidente Mariano Rajoy, que coordinará el área económica, estará respaldado por una mujer, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que ha otorgado grandes poderes dentro del Gobierno. La ex portavoz del PP en el Congreso de los Diputados es vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia y portavoz del Ejecutivo; además, bajo su área de influencia estará el CNI, el servicio de inteligencia español. Con tanta responsabilidad no es de extrañar que Sáenz de Santamaría, persona trabajadora, meticulosa, enemiga de los errores, y a quien le gusta tener todo bajo control, esté ideando una red transversal de personas afines en todos los ministerios. Y no lo hace por ejercer el control como sinónimo de poder, sino para evitar que las cosas se hagan mal, que haya desviaciones indeseadas o que se meta la pata. Ella es una mujer que sabe delegar y lo ha demostrado, pero para ello ha de confiar en la persona a la que encomienda determinadas tareas. Ésta y no otra más rebuscada es la explicación al hecho de que esté ubicando nombres afines a ella en los departamentos que dependen de su área de actuación. Otro apartado que asimismo deberá estar bien armonizado, sin ninguna nota disonante es el de comunicación. Así se evitará que el Ejecutivo parezca una jaula de grillos en la que cada Ministerio vaya a su aire o transmita lo primero que se le ocurra o aquello que le interese particularmente a mayor gloria del ministro de turno. Una situación que se vivió frecuentemente en el Gobierno de Zapatero, en el que eran habituales las contradicciones entre un ministro y otro. Y es que el Ejecutivo, además de resolver bien los problemas, debe ser capaz de transmitir su buen hacer a la opinión pública, ya que de lo contrario surgirá la desconfianza interna y externa con las consecuencias por todos conocidas. Para colmo, esta semana, o la próxima a más tardar, se conocerá la imputación de Iñaki Urdangarín por su presunta actuación irregular en el caso de la Fundación Nóos, una vez levantado el secreto de sumario. Esta semana resultaría inoportuno, pues el martes los Reyes presidirán la apertura solemne de las Cortes de la X Legislatura, en un acto al que también asistirán los Príncipes de Asturias, pero al que no acudirán las Infantas Elena y Cristina. Asimismo, se ha prescindido de la recepción de Sus Majestades a los parlamentarios y del almuerzo de autoridades. La próxima tampoco resulta oportuna, pues el día 5 de enero es el cumpleaños de Don Juan Carlos. Pero ya se sabe que la Justicia actúa de forma independiente y no tiene en cuenta estas circunstancias, ya que es un poder independiente.
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