Cataluña
Mas se apunta al agravio comparativo
Denuncia que Cataluña tiene menos becas que Andalucía o Madrid.
Hacía falta que el presidente de CiU, Artur Mas, se reuniera con sus raíces para subir el tono de su discurso, y lo hizo en Sabadell, la ciudad natal de su madre, donde denunció el agravio comparativo que Cataluña sufre en materia fiscal, tal y como ya ha hecho el líder de ERC, Joan Puigcercós, en los últimos días.
Justo el día en que se cumple el séptimo aniversario de las primeras elecciones que Mas ganó, el nacionalista endureció su discurso contra España al lamentar que «somos los que peor estamos, pero los que más producimos» y que «hay otros que con el esfuerzo de los catalanes, están mejor».
Mas hizo estas afirmaciones tras recordar, entre otros datos, que «el 50 por ciento de los alumnos de educación secundaria de Andalucía disponen de becas, una cifra que en Madrid es del 42 por ciento, mientras que en Cataluña no pasa del 14 por ciento» o que «Cataluña es el único territorio de España donde los ordenadores para los escolares no son gratis».
El nacionalista está decidido a reducir el déficit fiscal catalán, que ahora se sitúa en un 9 por ciento, a la mitad. Por este motivo, defendió a ultranza el concierto económico y se aventuró a pedir «la confianza de los votantes socialistas porque nosotros administraremos mejor sus recursos». El nacionalista zanjó el asunto con un contundente: «Hay gente que se ha dedicado a currar toda su vida, y no a parar la mano».
Límite tres años
Hora antes Mas anunció que se autoimpondrá un límite de mandato de tres legislaturas. El líder de CiU descarta hacer como Jordi Pujol, que se mantuvo 23 años al frente del Govern. El propio Mas ya impulsó la limitación de mandatos en su partido, obligando a los dirigentes de CDC a no permanecer en el cargo más de dos mandatos, como ocurre con los presidentes de Estados Unidos. «Siempre he dicho que lo ideal son dos, para poder hacer el trabajo, o como mucho, mucho, mucho tres», afirmó Mas.
La jornada electoral de CiU se inició con un encuentro con representantes del mundo de la cultura, donde la Ley del cine catalana fue ampliamente reivindicada por el nacionalista. «No puede ser que si la lengua se ha normalizado en todos los ámbitos, no lo esté en el cine. No somos partidarios de la imposición pura y dura, pero llevamos 30 años de democracia y el cine es el único ámbito donde no está normalizada», afirmó. Eso sí, el líder de CiU se mostró crítico con el proceso seguido por el tripartito en la tramitación de la norma. «Hacía falta más diálogo con el sector para conseguir un mayor consenso», sentenció.
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