Colorado

ANÁLISIS: Han jugado limpio los candidatos por Christopher Arterton

Una simpatizante de Romney, vestida como Estatua de la Libertad, ondea la bandera de EE UU en un acto de campaña en Colorado
Una simpatizante de Romney, vestida como Estatua de la Libertad, ondea la bandera de EE UU en un acto de campaña en Coloradolarazon

l El asunto principal de la campaña ha sido la economía. ¿Qué más temas harán a la gente cambiar de opinión o decantarse por un candidato?
-La economía es el principal asunto que está guiando las elecciones. Aun así, una parte sustancial del electorado piensa que las políticas republicanas durante la era Bush han creado el problema y que ha habido cierta mejoría desde que Obama llegó a la Casa Blanca. Esto no es una tesitura fácil para los demócratas; es mucho más fácil para Romney quejarse de las cosas que no se han mejorado lo suficiente. Él tiene una lista de estadísticas que recitar sobre el desempleo, el número de parados, etc. La única alternativa en este punto es la cuestión de personalidad. Obama continúa siendo personalmente popular entre el público (aunque pienso que hay motivos para pensar que él gusta menos del 63% que los sondeos registraron). Romney, mientras tanto, sigue siendo visto por muchos –especialmente en los estados «campo de batalla» donde los anuncios de campaña de Obama le han estado avasallando durante cinco meses– como un hombre distante, elitista fuera de la realidad que ha cambiado sus posturas para ganar las elecciones.
l ¿Han preparado y usado distintas estrategias en los «estados péndulo»?
-Sí. Como he expresado arriba, los anuncios negativos de Obama se han concentrado en diez estados «campo de batalla» y los anuncios de Romney (incluyendo los «Super-PACs» que le están apoyando) no salieron a luz en todo su volumen hasta que tuvo lugar la Convención Republicana. Romney fue ayudado por el primer debate, pero ese impacto ha sido más potente en el resto del país, donde los anuncios de Obama no han mermado la imagen de Romney. Más allá de eso, Obama ha puesto muchos recursos (incluyendo a miles de voluntarios y personal de campaña pagado) en los tan llamados «terrenos de juego» diseñados para que sus votantes acudan a las urnas tanto por anticipado como durante el día de las elecciones.
l¿Qué cualidades han acentuado o han destacado más los candidatos para convencer a los votantes dudosos?
-Hay una lucha por la «clase media» y quién los ayudará más. Hasta ahora, Obama parece tener ventaja, pero Romney ha reducido la brecha notablemente durante el primer debate.
l Muchísima gente ha seguido los debates. ¿Piensa que en estas elecciones serán clave?
-Ciertamente, el primer debate marcó una gran diferencia, y no tanto porque Obama fuera tan malo sino porque Romney pareció mucho mejor que el que Obama mostraba en sus anuncios. Por supuesto, si Obama hubiera dado réplicas efectivas, habría reducido –que no eliminado– la impresión positiva que causó Romney. Los siguientes debates pararon el flujo de votantes hacia Romney. Diría que el primer debate tuvo una influencia moderada en la campaña, pero no tanto como el estado de la economía, que fija el contexto al completo.
l ¿Qué grupo poblacional será el más importante para ganar las elecciones presidenciales?
-Las mujeres, particularmente blancas, casadas de unos 40 o 50 años en los estados de Ohio, Wisconsin, Iowa, Colorado y New Hampshire. Éste es el grupo en el que ambas campañas están centrando su atención.
-¿Han jugado limpio los candidatos? ¿Esperaba usted más escándalos durante la campaña?
-En su mayor parte han sido limpios. Hay algunos movimientos muy sucios «bajo el radar» por parte de simpatizantes de ambos partidos, pero no de sus campañas directamente. Principalmente apuntaría a los esfuerzos de los activistas republicanos a suprimir los votos: enviando «flyers» con desinformación, webs urgiendo a «votar aquí» (cuando en realidad se trataba de un sondeo diseñado para confundir a los votantes y no un voto real) y tratando de cerrar centros antes de tiempo, reducir el número de días para el voto anticipado, etc.