Música
Standstill saltos mortales rock y más allá
El grupo presenta «Room», espectáculo audiovisual que aúna cine, música y teatro
Enric Montefusco es un poco diferente a la mayoría de músicos. Evita los tópicos, las respuestas manidas, habla con cierta altura de una propuesta que trasciende el rock para ser –sin miedo, amigos de la guitarra– artística. El último disco de Standstill, la banda de la que es motor creativo, fue un triple salto mortal que la crítica reconoció con estrellas y unanimidad. Las canciones del «Adelante Bonaparte» se presentan hoy en Madrid como esqueleto de su espectáculo «Room». Es un concierto, pero más: una película, un pequeño teatro, y se puede ver en el Circo Price. El sitio de los saltos mortales.
Un disco con capas
Su acrobacia en 2010 fue triple. Un triple EP en plena crisis del disco físico que pedía una escucha reposada, atención a los matices y descubrir la historia que se cuenta. «Que fuera comercial o no, no nos preocupaba. Es una obra muy trabajada con varias capas de lectura para que quien quiera invertir algo de tiempo con Standstill tenga una recompensa», aseguraba Montefusco. Más piruetas: la banda, formada en 1997, comenzó en el «hardcore punk» –más cercano a un rechinar de dientes que a los instrumentos de cuerda–, y en su último álbum se atreven con hasta tres estéticas en los arreglos en cada una de las tres partes de «Adelante Bonaparte». «El disco responde a un momento muy concreto de nuestra experiencia vital. Por nuestra cabeza pasan temas como la familia, la muerte o el nacimiento de un hijo», explica el cantante.
Standstill vive al margen de los corsés estilísticos. «Hemos cambiado nuestra forma de componer. No buscamos un determinado sonido, sino ser capaces de contar lo que queremos de la forma más adecuada, que la forma se ajuste al contenido», dice el líder de la banda. En el primero de los EP hay muchos «samplers» de instrumentos antiguos, sonidos con efectos que dan una textura añeja y cierto «poso melancólico», rarezas en una trayectoria plagada de guitarrazos. El segundo es más agresivo y descarnado, mientras el tercero se centra en el amor y juega a estética orquestal y de cámara. Dentro está la historia, la muerte del padre y el nacimiento del hijo, y no les molesta que por eso se diga que el disco es conceptual. «No me siento identificado porque es una categoría tramposa, pero podemos ser conceptuales en el sentido en que tomamos el disco como una unidad, no como unas pocas canciones», dice.
«Room» es «una zambullida en imágenes», una traducción del disco, que representa las canciones en el mismo orden. ¿Más difícil todavía? Los miembros de la banda firman todas sus caras incluyendo «Room» y sus videoclips. «Cuando te familiarizas con el lenguaje, es lo mismo ordenar acordes que imágenes y yo, en ese sentido, no me considero músico. Hay gente en la banda mucho mejor músico que yo», afirma Montefusco, que admite que «la inspiración le llega de visitar otras artes como pueden ser el cine o el teatro. Eso me ayuda mucho a entender lo que se puede hacer con la música, más que oír a otros grupos».
Voces y máquinas
Las intenciones del grupo de ir un paso más allá de ser una mera fábrica
de canciones la plasmaron en su proyecto a través de la página web que tienen: graban las voces de sus seguidores que les mandan un saludo con su localización y en las que pueden reclamar «cariño, respeto o atención». Cualquiera puede escuchar los mensajes pinchando en un mapa. Otros se salen del guión y mandan locuciones diversas. «Me interesa el concepto de arte colectivo y que la vida se muestre como es en esa ventanita», dice Montefusco, con el que, a lo largo de la conversación, salen los nombres de Thomas Bernhard, Louis Ferdinand Cèline, Marcel Duchamp e Igor Stravinsky.
DÓNDE: Teatro Circo Price.
CUÁNDO:Hoy, 22:00 horas.
CUÁNTO: entradas, a partir de 23 euros.
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