CiU se abre a rebajar las tasas que critica el PP para conseguir su apoyo

BARCELONA- A CiU le queda una semana para hallar al menos un socio que levante su veto a la ley de acompañamiento de los presupuestos. PSC, PP y ERC optaron por presentar una enmienda a la totalidad a este proyecto que, entre otras cosas, establece una nueva tasa a los turistas por cada noche de hotel (de uno a tres euros) e implanta un copago sanitario consistente en pagar un euro por cada medicamento recetado. Ayer, el presidente del grupo parlamentario de CiU, Oriol Pujol, se abrió a «modular» estas medidas en un gesto dirigido a captar el apoyo de alguna de las fuerzas de la oposición y, así, conseguir que el Parlament dé luz verde a este proyecto, cuyo primer trámite se votará junto a la ley de presupuestos en el pleno de la semana que viene.
Los nacionalistas llevan varios días inmersos en conversaciones con todos los grupos, pero, de momento, no están dando frutos. Son conscientes de que no tienen otro remedio que hacer «renuncias» para conseguir apoyos parlamentarios, pero quieren conceder las mínimas. Por eso, Pujol apeló a «la coherencia» de la oposición y, sobre todo, a la del PP. «Emplazamos a todos los grupos de la oposición a ser coherentes, pero muy especialmente al PP porque ellos están subiendo los impuestos en el Estado», dijo el dirigente de CiU en alusión al incremento del IRPF.
Durante el mes de diciembre, ERC se perfilaba como el socio más factible de CiU, pero, ahora, las conversaciones no van por tan buen camino según explicó ayer el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras: «Los días pasan y los acuerdos que tendrían que permitir votar a favor de las cuentas no llegan. Hace dos o tres semanas en las que no hay avances significativos en las conversaciones técnicas y no nos dirigimos hacia un posible acuerdo».
Según Junqueras, CiU prefiere llegar a un acuerdo con PSC o PP para aprobar los presupuestos y la ley de acompañamiento, y esto ha estancado las conversaciones con su partido.
Los socialistas, por su parte, ven «muy difícil» alcanzar un acuerdo sobre las cuentas de la Generalitat. El propio Oriol Pujol recordó que «hace muy poco que el PSC ha comenzado a decidir qué hace y en todo ese tiempo hay gente que se ha comprometido para sacar a Cataluña del bache. Yo lo que les pido ahora es que no se pierdan en demasiados debates internos», en referencia al proceso precongresual del PSOE.
Lo cierto es que toda la oposición coincide en una cosa y es en forzar al Govern de CiU a sepultar la denominada geometría variable para dar paso a una alianza con un socio estable. Ayer, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, insistió en ello: «CiU tiene que apostar por una línea clara y trasladar lo que quiere hacer y con quién quiere gobernar el país».

«Socio preferente»
Sánchez-Camacho se ofreció en este sentido para que el PP se convierta en «socio preferente» del Govern, ya que entiende que las múltiples alianzas provocan políticas «cambiantes, impredecibles y contradictorias». La dirigente popular aprovechó su comparecencia ante los medios para reclamar a CiU que actúe con responsabilidad mañana en el Congreso, cuando se votará Real Decreto Ley con los primeros ajustes aprobados por el Consejo de Ministros. Los nacionalistas, con toda probabilidad, no votarán en contra, pero no han decidido si votar a favor.

La interlocución del PSC
Tres miembros del nuevo núcleo duro de la dirección socialista, Antonio Balmón, Manuel Bustos y Rocío Martínez-Sampere, además del presidente del grupo parlamentario, Joaquim Nadal, serán los representantes del PSC en la comisión bilateral con el Govern para explorar acuerdos. El documento que ha ofrecido el PSC a CiU, que busca un «diálogo estable», se basa en cuatro puntos: distribución equitativa de la salida de la crisis, creación de empleo, preservar el Bienestar y la cohesión territorial.