Levante U.D.
Reflexión por Julián García Candau
En el fútbol no es indispensable llegar con el balón al punto de penalti para marcar goles. Tradicionalmente, los grandes delanteros se han servido del remate desde fuera del área para batir a los porteros. El Barcelona se vio obligado a empatar al Celtic en el minuto 46, después de haber rondado por el área contraria casi todo el primer tiempo. Hizo un par de jugadas de artesanía y el gol de Iniesta llegó en uno de esos ataques en que el balón acaba en remate casi impensado. La victoria también arribó en el último suspiro, después de empalagar con tanto pase corto contra un muro casi infranqueable. El Valencia, con fútbol más directo y la inspiración de Soldado, que marcó tres tantos, regresó de Minsk líder de su grupo.
Le costó al equipo barcelonés igualar la contienda a pesar de que en el segundo minuto Alexis ya tuvo el gol en sus pies. Messi lanzó dos libres directos que acabaron en susto para el Celtic porque el tanto estuvo muy cerca. El conjunto escocés colocó dos líneas de cuatro, con un noveno jugador alternando en la de delante y en la de atrás según las circunstancias. Entrar con el balón hasta el área era difícil. Las paredes acababan tropezando en la barrera. Los barcelonistas estuvieron excesivamente remisos en el tiro desde fuera. Quien mejor remató, y de cabeza, fue el central Bartra. El tanto victorioso de Jordi Alba fue en jugada elaborada, pero de modo casi épico. Reflexionar sobre el juego, obligado.
Posdata. ¿Quién tituló a Alexis de «maravilla»? No es más eficaz que Villa.
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