Cataluña

La crisis pasa factura a la cultura

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BARCELONA– «Hay gente que tiene menos derecho a quejarse que otra». Se lo dijo Ferran Mascarell, conseller de Cultura, el martes a Joel Joan, presidente de la Academia de Cine Catalán, y los escasos representantes del sector que acudieron a la recepción de la Generalitat con motivo de la cuarta gala de los Premios Gaudí que una noche antes había levantado polvareda en el Artèria Paral.lel. La velada del lunes, el conseller, así como el presidente de la Generalitat, Artur Mas, habían aguantado estoicamente una gala con un guión repleto de quejas contra los recortes públicos y comentarios sobre la corrupción política que el actor Xavi Mira iba esgrimiendo como un martilleo incesante.

El conseller se enfadó y así se lo hizo saber a Joel Joan, principalmente, porque la que aspira a ser la fiesta estrella del cine catalán no es el lugar adecuado para hacer estas quejas y también porque el del cine es un «sector estratégico» para Cultura, que en los presupuestos de este año ha apostado por las ayudas a los creadores y las empresas culturales en detrimento de las grandes instituciones culturales. El argumento es que los grandes centros todavía tenían «cintura» para ajustarse el cinturón un poco más.

La conselleria ha recortado una media del 13,4 por ciento la aportación a los grandes equipamientos, como el Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac), el Gran Teatro del Liceo o el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), y cada cual busca su manera de encajar el impacto de los recortes públicos, no sólo de la Generalitat, sino también del resto de administraciones públicas, porque en definitiva, los grandes centros son en su mayoría consorcios que dependen de dos, tres y hasta cuatro administraciones con la complejidad que eso implica.

Premisa: máximo ahorro
Si no hay pacto de última hora con los trabajadores para rebajarse el salario, el Liceo mañana presentará el Expediente de Regulación de Empleo temporal, medida de contención que ayer llevó nuevamente a los trabajadores del teatro lírico a manifestarse en medio de las Ramblas. Cancelar siete espectáculos esta temporada, tener que devolver el dinero de las entradas y cerrar el teatro dos meses no ha sido una decisión fácil, pero el director, Joan Francesc Marco, para quien un sector de liceístas pide la dimisión, defiende que es «inevitable» si no quieren que se dispare el déficit hasta los 3,7 millones.

La premisa del máximo ahorro se ha instalado en todas partes y las grandes instituciones incluso han recibido coordenadas desde las administraciones para explorar vías de futuro. El 12 de septiembre del pasado año, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona encargaron al Macba un informe sobre el «Sistema de arte contemporáneo» de Barcelona en el que tenían que estudiar la viabilidad de coordinar la gestión de este centro, el CCCB y la Filmoteca de Cataluña, que abrirá sus puertas el día 21, de manera conjunta.

El estudio, al que ha tenido acceso este diario, arroja que si unen la gestión se ahorrarán 1,5 millones de euros, 0,6 millones en reestructuración de personal (15 personas de las 249 que suman las tres instituciones); 0,4 millones en el área de estructura; y un 0,5 por ciento de reducción en los costes de actividad. Los costes iniciales de la fusión serían de 1,1 a 1,3 millones, según el informe, y el presupuesto conjunto rozaría los 30 millones este año.

Por el momento, no hay fusión y desde el Macba explican que, con los ajustes tomados, ya se ha hecho este ahorro. Abren la puerta, no obstante, a compartir servicios con el CCCB como, por ejemplo, la seguridad de ambos centros o los servicios de limpieza. Si hay nuevos caminos conjuntos a explorar se verá, en cualquier caso, después del 15 de febrero, fecha en que el CCCB analiza sus presupuestos, y, sobre todo, cuando se sepa la aportación definitiva del Gobierno a los centros en los que participa. En cualquier caso, no se ha apostado por el sálvese quien pueda, sino que se comienzan a buscar obligadas sinergias para que el impacto de la crisis pase la mínima factura posible.

 

La Diputación apuesta por ceder centros
El presidente de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve (CiU), considera que el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB), el Museo Marítimo y el Instituto del Teatro no deberían depender de esta administración. Su apuesta pasa por que el CCCB y el Marítimo pasen a manos del Ayuntamiento de Barcelona, mientras que el Instituto del Teatro tendría que ser asumido por la Generalitat, según explicó en un encuentro con los medios de comunicación. Este cambio de titularidad no es una iniciativa a corto plazo, sino que se trata de un plan que se debería empezar a dibujar en los próximos años. Actualmente, la Diputación aporta el 75 por ciento de la partida del CCCB, centro que tiene un presupuesto que ronda los doce millones de euros anuales. El también alcalde de Martorell reivindica el papel de las diputaciones para apoyar a los pequeños municipios que, sobre todo en momentos de crisis como el actual, tienen graves problemas de financiación para los servicios básicos.