España
«Qué alegría que ahora no nos pidan ni braceros ni peones»
Ni el más de un millón de parados que hay en Andalucía, ni que la tasa de desempleo se sitúe en el 30% hacen pensar a la Junta de Andalucía que, a corto o medio plazo, los andaluces tendrán que buscar, otra vez, la forma de ganarse la vida fuera de nuestras fronteras.
El viceconsejero de Gobernación y Justicia, José Antonio Gómez Periñán, desestimó ayer esta tesis aduciendo que desde el Gobierno andaluz se trabaja con la certidumbre de que «estamos en el tramo final de la crisis económica» y que el sistema del prestaciones sociales actual impide un éxodo similar al ocurrido durante los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Sin embargo, de abril de 2008 a abril de 2010, 100.000 españoles emigraron a otros países a causa de la crisis. Pese a ello, el debate suscitado por la «fuga de cerebros», especialmente a Alemania, que busca mano de obra cualificada en el extranjero, le parece «ridículo», ya que España es «un país de primer nivel y sus universidades son centros de éxito». En concreto, el viceconsejero se felicitó de que los universitarios andaluces salgan fuera de la comunidad en búsqueda de trabajo: «¡Qué alegría que ahora no nos pidan ni braceros ni peones!», afirmó, al hilo que señalaba que gracias al Acuerdo de Schengen, «ir a trabajar a Cuenca es lo mismo que hacerlo en Düsseldorf o en Milán». En este sentido, aseveró que las políticas nacionales de emigración han quedado obsoletas y que en la actualidad «hay que adecuarse a la internacionalización» de la búsqueda de trabajo en la UE.
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