Conciliación

Sin mujeres no hay premio

Por si fueran pocas las preocupaciones del Ministerio de Cultura, ahora los Premios Nacionales los carga el diablo. El pasado mes de noviembre el jurado eligió para la especialidad de Artes a Santiago Sierra y horas después el artista renunció a la distinción.

Sin mujeres no hay premio
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Ayer, todo estaba previsto para que se anunciara el Premio Nacional de Cinematografía, que, como viene siendo tradición, se entrega durante el Festival Internacional de San Sebastián.
Puntuales y sorprendidos
Los miembros del jurado acudieron puntuales a su cita, a pesar de las fechas veraniegas, pero cuál fue su sorpresa cuando Carlos Cuadros, director general del ICAA (Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales) les comunicó que no podía producirse el fallo porque el jurado no era lo suficientemente paritario. Sólo había representación de tres mujeres frente a los nueve miembros elegidos por el propio Ministerio: la montadora Teresa Font, la directora Josefina Molina e Inés París, realizadora y representante de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales).
Los jurados insistieron en que, por una vez, «la culpa no ha sido del cine español». El presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, quiso restarle hierro a la convocatoria fallida, aunque admitió que, después de semejante noticia, «uno sale tristón y encabronado». El presidente de los productores, Pedro Pérez, dejó la reunión «más que sorprendido», pues no daba crédito ante semejante error de forma por parte de Cultura y menos cuando la legislación «no impone que sea un porcentaje obligatorio de hombres y de mujeres, sino que se trata solo de una recomendación». Efectivamente, el artículo 51 de la Ley de Igualdad, dedicada a los «criterios de actuación de las Administraciones Públicas» indica en su apartado «h» que los poderes públicos deberán «promover la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los órganos de elección y valoración». París, representante de las mujeres cineasta admitía también que «el jurado tiene que tener un porcentaje significativo de los dos géneros, pero no tiene por qué ser un cincuenta por ciento». En cualquier caso, volverán a reunirse probablemente el próximo viernes cuando cada uno de los colectivos representados haya sustituido al enviado masculino por otro femenino. Así la Academia de Cine enviará a una de sus vicepresidentas, Judit Colell. Lo mismo deberán hacer los Autores Literarios de Medios Audiovisuales para sustituir a Agustín Díaaz Yanes y la Federación de Artistas del Estado Español para que una mujer cubra la vacante de César Sánchez Hernández.

Más discriminación positiva
No es la única medida de discriminación positiva que contempla el ICAA. La anterior Orden Ministerial de la Ley de Cine ahora en vigor otorga preminencia a los proyectos capitaneados por una mujer en caso de haber obtenido la misma puntuación que uno dirigido por un hombre en el caso de las ayudas sobre proyecto. Cultura aspira a que los proyectos con relevante presencia femenina cuenten con un respaldo similar al que ahora tienen los proyectos de directores noveles, de manera que se fomente atenuar el déficit de mujeres en el mundo del séptimo arte más allá de la interpretación.

Si Álex de la iglesia y uno más hubieran sido mujeres
La Ley de Igualdad de 2007 no especifica el porcentaje preciso, pero indica que debe haber, al menos, un 40% de representación de cada sexo. Al tratarse de 12 miembros, al menos cada género debe estar representado por cinco. ¿Pesará la paridad a la hora de elegir al próximo premiado? Desde que se instauró el galardón en 1980 lo han recibido cinco mujeres.