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Rosell tiende la mano al Gobierno y a los sindicatos para restaurar el diálogo

Juan Rosell vio ayer cumplido su deseo más codiciado desde hace años: convertirse en presidente de la CEOE, al conseguir 444 votos a favor, 197 más que su rival Santiago Herrero. Tras su elección, se presentó ante los empresarios y la sociedad como el hombre del consenso y del diálogo.

Juan Rosell (d) y Santiago Herrer se han disputado hoy la presidencia de la CEOE
Juan Rosell (d) y Santiago Herrer se han disputado hoy la presidencia de la CEOElarazon

El dirigente catalán aprovechó su discurso de «investidura» para hacer guiños a propios y extraños. Minutos después de ser proclamado máximo responsable de la patronal y, por ende, vencer a su adversario, aseguró ser el presidente de «todos, porque todos somos necesarios». Por eso no sólo se mostró dispuesto a integrar a los que lo han apoyado, como a Arturo Fernández que será el nuevo vicepresidente primero de la CEOE, sino también a los que le han disputado la Presidencia empresarial, como el dirigente de la patronal andaluza.

Tras una expresa mención a Carlos Ferrer Salat y a José María Cuevas, «de quien aprendí mucho», agradeció a su gran amigo Gerardo Díaz Ferrán su empeño en democratizar la institución. «Quizás otros problemas» hayan oscurecido su trabajo. «Pero para los que estamos dentro podemos dar fe de su entrega, su trabajo y su compromiso», concluyó.

Acto seguido, se comprometió a modular los tiempos y las reformas que necesitan la CEOE. De entrada, reducirá de 21 hasta 9 las vicepresidencias y mantendrá en hasta 41 los miembros de la ejecutiva de la patronal. De esta manera, pretende fortalecer su equipo de confianza, en el que integrará, además de a Fernández, a Jesús Terciado y a José María Lacasa, que continuará como secretario general. Rosell, que, por el momento, compaginará su nuevo cargo con el de presidente de Fomento, acometerá estos cambios en su primera junta directiva, convocada para el martes de la próxima semana.

El líder catalán, cuyo nombramiento fue saludado por el Gobierno, la oposición y las centrales, tendió ayer la mano al Ejecutivo y a los sindicatos para restaurar el diálogo social, con el fin de contribuir a superar la crisis. Por eso se mostró dispuesto a encabezar la manifestación en favor de la salida del túnel. Para ello, defendió la recuperación de la conducta ética, «tras los errores del pasado». Es decir, «reacreditar la economía libre del mercado extirpando prácticas inmorales». Además, se comprometió a ampliar las bases del consenso social, a salvar el estado del bienestar con las reformas que deban hacerse y «postergando el bienestar del estado». Y es que «es hora de planteamientos, tranquilos, pero contundentes».