Hollywood
Entre la tradición y el buen gusto
La Academia no podía permitirse otra excentricidad como la del año pasado. Los Oscar a «En tierra hostil», la menos taquillera de las premiadas en la historia de la ceremonia, podía leerse como un quiebro hacia la modernidad de las viejas glorias académicas. Pero una cosa es ser moderno y, otra, serlo dos veces. ¿Que gane una película sobre la creación de Facebook? Eso es para los que saben navegar por internet, piensan los votantes.
Un paso adelante, dos hacia atrás: porque «El discurso del rey» es un regreso a la tradición de ese cine de prestigio –británico, para más señas– que los Oscar han premiado de uvas a peras –desde «Carros de fuego» a «Gandhi», por poner dos ejemplos conocidos– para demostrarse a sí mismos que tienen buen gusto. Era, de lejos, la opción más conservadora en la que debe de ser una de las mejores cosechas de los últimos años: al menos cuatro de las nueve películas que competían con ella («La red social», «Cisne negro», «Toy Story 3» y «Valor de ley») le daban cien mil vueltas a esta apología de lo políticamente correcto. En cierto modo, tanto el filme de Fincher como el de Hooper son historias de autosuperación, pero una está guiada por la ambición y la otra por el esfuerzo para vencer una discapacidad. Huelga decir con cuál ha querido identificarse Hollywood.
✕
Accede a tu cuenta para comentar