Mahler más allá de esta vida

Temporada de la OCNEMahler: «Novena Sinfonía en re mayor». Orquesta Nacional. Director: J. Pons. Auditorio Nacional, 4-6-2010.

La «Sinfonía nº 9» de Mahler es obra que, tras un desarrollo en el que la esperanza se diluye entre la amargura y la ironía, nos ofrece, en un curioso vuelco del compositor, una suerte de consolación más allá de las cosas de este mundo. Una conclusión que podría tener el significado siguiente: «Sé que mi espíritu se ha de quedar con vosotros», tal y como explica admirablemente Pérez de Arteaga en unas notas que incluyen asimismo un artículo rememorativo de García del Busto. Pons ha sabido comprender en esta ocasión, con innegable elocuencia, la profundidad de ese mensaje, contenido en una partitura de extrema dificultad. La ejecución no ha sido perfecta, aunque mantuvo la dignidad. El comienzo, con el intervalo de segunda como protagonista, ha marcado la tónica de una muy plausible interpretación que, más allá de episódicos deslices y borrosidades y de que el caleidoscópico colorido no haya tenido en todo momento ni el fulgor ni el grado de matización deseado, ha quedado bastante bien explicada. Dentro del desolado aire de marcha fúnebre, los clímax han estado bien planificados. La falta de detallismo en los timbres, de clarificación general de texturas ha sido compensada por el ímpetu desplegado en el scherzo, de reconocible espíritu rústico y de bien administrada rítmica. El rondó-burleske ha supuesto quizá el punto menos feliz al no lograrse en la medida justa la limpieza y el encaje de tantas y tantas voces. Lo mejor fue el adagio, expuesto «lento y bastante reservado (íntimo)». La cuerda sonó llena y cálida y la regulación de intensidades nos pareció adecuadamente tratada. El final resultó bien ralentizado a fin de que se pudieran escuchar con claridad y los recuerdos de las Canciones a los niños muertos del propio compositor. Un larguísimo silencio, parte de la propia música, mantuvo la tensión del momento hasta que sonaron los primeros aplausos.