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España capital: Berlín

La Razón
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La negativa del presidente Rodríguez Zapatero a reducir el déficit hasta esta semana nos ha llevado a la indeseable situación en la que desde la Unión Europea y Estados Unidos nos han dicho lo que tenemos que hacer. Si bien nunca debiéramos haber llegado a esta situación, el paquete de ajuste es positivo para el país en la medida en que ayuda a restablecer la confianza de los mercados en nuestro crédito. La alternativa era una crisis de financiación del Estado de consecuencias devastadoras para la actividad económica y riqueza en España.Dicho esto, el paquete anunciado es insuficiente no sólo por escaso, 1% del PIB, sino porque no resuelve el mayor problema que nos acucia, la falta de perspectivas de crecimiento económico. Sencillamente, no existe precedente en el mundo por el que un país haya conseguido deflactar su economía hasta la competitividad, ni salir de una crisis fiscal sin crecimiento económico.En un entorno de contracción fiscal, de ausencia de crédito en el sector privado y de demanda exterior deprimida en nuestros principales mercados, no se vislumbra un camino hacia el crecimiento. España necesita de forma imperativa ser más competitiva y dado que no podemos depreciar nuestra moneda hacia la competitividad, el camino es obvio, tenemos que reducir nuestros costes laborales. Según Eurostat, éstos son un 15% más altos que la media de la Unión Europea y un 25% más altos que los de Alemania. España necesita hacer una reforma laboral de gran alcance y la pregunta es a qué estamos esperando. Esperemos que no sea a una resolución del Parlamento alemán o a una llamada de Obama.