Mariano Rajoy
Conversaciones con Aznar
Hace un par de meses, Santi Abascal, presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española, confeccionó una mesa de lujo con motivo del quinto aniversario de una formación de la que me honra ser copatrona. Cenamos aquella noche con Mayor Oreja, Fernández-Lasquetty, Acebes, Zaplana y algunas otras personas de relevancia nacional. Presidía la cita José María Aznar. De aquella conversación y de la entrevista concedida por el ex presidente a 13 Televisión el pasado jueves, extraigo algunas conclusiones personales para los lectores.
Una. La extrema gravedad de la situación. José María Aznar, que desde miradores como la John Hopkings University de Washington, tiene el panorama mundial en la punta de los dedos, cree que Occidente y Europa están viviendo el final de un ciclo. Depende de nosotros aprovechar la incorporación de nuevos actores históricos (China, India, Brasil) y reinventarnos, o pasar a segundo plano. La crisis, por lo tanto, no es uno más de los baches históricos del capitalismo.
Dos. Nuestro país ha desaprovechado años preciosos para ajustarse al ritmo del euro. La deuda española estaba, al final de la era Aznar, más valorada que la germana. Los años del zapaterismo han supuesto un retroceso no sólo económico, sino moral y de concepción del Estado de difícil valoración. El ex presidente concede abiertamente que Mariano Rajoy lo tiene mucho más difícil que él. La única faceta positiva de la actualidad es que España conserva la capacidad de sacrificio y superación que ha demostrado en otras ocasiones.
Tres. José María Aznar cuenta con un conato de secesión de País Vasco y/o Cataluña en la próxima legislatura. El estatuto de Cataluña, la negociación con ETA y la entrada de Amaiur en el Parlamento constituyen los hitos de una disolución del proyecto común a favor de un esquema federal o incluso confederal del país. No me resulta complicado imaginar que, tras las próximas elecciones vascas, un gobierno de Amaiur y del PNV, o incluso un tripartito a la catalana, planteen la separación al estilo de Kosovo.
Cuatro. Podemos salir de ésta. Aznar, como titulaba ayer La Razón, recomienda a Rajoy «hacer lo que tiene que hacer». Corresponde a los españoles la nobleza de apoyar desde ahora el gobierno de un hombre que ha de hacer recortes brutales, flexibilizar el mercado laboral, recuperar el turismo y la construcción, restablecer el equilibrio financiero, reactivar el crédito y, si sigue los pasos indicados por el ex presidente, reconfigurar el sistema de pensiones hasta que las cuentas le cuadren incluso a Pepe Barea. Por ahora, no cuadran.
Quinta y última. Toca sufrir, durante años. Con fortaleza, paciencia y esperanza.
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