OPINIÓN: Vida sana

Oferta de ocio inane, sobre todo, además de (otra) promesa incumplida. Cuanto más embrutecida esté la masa votante, menos molestará al poder político. Ray Bradbury lo intuyó en su aterradora fábula: prohibido pensar, tanto da si es entregando los libros a Vulcano o estabulando a los jóvenes para que se emborrachen. Botellódromo: espantosa palabra y peor concepto. Pero ni siquiera para cumplir planes pérfidos es competente este Gobierno, que ha optado por seguir con las aglomeraciones ilegales y que sea lo que Dios quiera. La próxima Corporación, más sensible a las bondades de la estupidez colectiva, sí facilitará la cogorza alevín (con fornidos seguratas para que los papás entreguen despreocupadamente a sus hijos al alcoholismo precoz). ¡Y al aire libre, para que se fume sin cortapisas! Qué exhibición de hipocresía.