Francia

RatataTAS

La Razón
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Tres serán tres los árbitros del TAS y puede que uno sea bueno. O cambia la norma y se pone un mínimo para cuantificar los cuerpos extraños como dopaje, o a Contador le van a crujir en Lausana, donde alguno de los 231 abogados que integran la lista del Tribunal de Arbitraje del Deporte puede embolsarse hasta 100.000 euros de minuta si su defendido sale airoso. En este caso la suerte sería de la Federación Española, que es contra quien irán aquellos que le exigieron que juzgara al ciclista. Lo ha hecho, le ha absuelto y los pilatos meditan apelar. Sutil perversión. Pleitos tengas y los ganes... Y que en ese hipotético juicio venza la Federación, porque de ello dependen 3.100.000 euros de la cuenta de ahorros de Alberto, cantidad equivalente al 70 por ciento de su ficha que por reglamento tendría que pagar por un renuncio. Y también dos años de sanción. Si la cuestión llega a Lausana, a Contador le ametrallarán: ratataTAS. La AMA no recurre si no olfatea el triunfo, y en este caso lo tiene cristalino y un frente por donde atacar: si es cierto, como se ha publicado en Francia y en estados Unidos, que en los análisis de Alberto había restos de plástico, le van a fusilar al amanecer: ratataTAS. Esta prueba, aunque no homologada, les dará pie para recuperar los 50 picogramos de clembuterol por la siguiente consideración: «Contador se extrajo sangre cuando pensó que había eliminado el clembuterol; quedaban restos y cuando se sometió a la autotransfusión sonó el chivato». Es la teoría de la conspiración prevista para tumbarle. Si ello no fuera suficiente y, por ahora, no cambian la norma, el TAS elegirá a su abogado, tan «malo» como el de la AMA, y serán dos contra uno. Alberto, esto no es una teoría, si el caso llega al «Santo Oficio», te harán papilla. RatataTAS.