De aquellos polvos

«Si el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, tuviera visión de Estado, impondría a los socialistas catalanes formar Gobierno con CiU. Así podría enderezar su partido, el PSOE, y eliminar a Pasqual Maragall dándole una salida para el futuro». Lo escribía yo en esta periferia el 30 de noviembre de 2003, cuando Artur Mas había ganado las elecciones catalanas y Maragall pretendía la Presidencia de la Generalitat de Cataluña a costa de lo que fuera, en este caso en coalición con los independentistas de Esquerra Republicana. Mi amigo Rogelio me recordaba este artículo al hilo de la votación para prohibir las corridas de toros. «Si Zapatero te hubiera hecho caso, está situación no se hubiera producido. Más aún, ni siquiera se hubiera promovido una reforma del Estatut como la acontecida ni todas sus consecuencias, algunas de las cuales todavía están por venir». No es que lo dijera yo, lo contaban entonces socialistas ilustres. Hay que remontarse a aquellos momentos, cuando los socialistas catalanes en su mayoría hubieran aceptado encantados entrar en un Gobierno de Artur Mas. El primero José Montilla. Hubiera conseguido la Vicepresidencia y, con la ausencia de Maragall, la Secretaría General del PSC, con tesis bien diferentes a las que ahora mantiene. Sin embargo, la obsesión de Maragall por ser presidente después de varios fracasos y sus tics mesiánicos dieron al traste con un proyecto de Estado. Bien es verdad que Zapatero no gozaba en aquel tiempo de la suficiente solidez dentro del PSOE y, lo que es peor, como ha demostrado el tiempo, ninguna visión de la España que la mayoría de los ciudadanos tiene. De aquellos polvos, estos lodos. Así es la vida.