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La Liga Árabe continuará en Siria tras constatar la violencia
Empañado por una nueva jornada de violencia en Siria, la Liga Árabe dio a conocer ayer el informe preliminar de sus observadores en el país.
La misión árabe, muy criticada por la oposición siria, tiene como objetivo hacer cumplir los acuerdos de paz para evitar que el organismo panárabe imponga sanciones contra el régimen de Bachar al Asad. Sin embargo, hasta la fecha, Damasco ha continuado con la represión. Ante el caso omiso a las advertencias por parte del régimen sirio, se han multiplicado las voces que piden un cambio en la misión de la Liga Árabe, incluso se debatió si pedir ayuda política, financiera y logística a la ONU para apoyar a la misión de observadores árabe desplegada en ese país. Desde que comenzó el pasado 27 de diciembre la expedición de los observadores, encabezada por el controvertido general sudanés Mohamed al Dabi, las informaciones han sido confusas. En el dossier, el general Al Dabi reconoció que la violencia continúa en Siria. Durante el fin de semana, más de 40 personas han muerto a manos del régimen de Asad, según fuentes de la oposición. El informe de la Liga Árabe constata que continúa «la violación de los derechos humanos», además de haber visto tanques del Ejército en la mayoría de las ciudades visitadas por los observadores, y cadáveres en las calles. Precisamente, uno de los compromisos de Asad era el repliegue de las fuerzas armadas a sus cuarteles.
Los delegados árabes se quejaron de haber sufrido acoso, tanto por parte del régimen como de la oposición, por lo que pidieron mayor libertad de movimientos. Por el contrario, Damasco ha insistido en que está proveyendo de todo aquello que los observadores necesitan y les ha instado a ser «objetivos y profesionales». En cumplimiento de la iniciativa de paz árabe, el régimen debía liberar a todos los detenidos políticos, pero la oposición ha denunciado que más de 16.000 personas, entre ellas 381 menores, 786 estudiantes, 171 mujeres y 273 médicos, han sido arrestadas desde el principio de las revueltas. En un gesto de buena voluntad o de única opción ante la presión internacional, Asad anunció hace unos días la excarcelación de «552 detenidos que no están implicados en delitos de sangre», número que no ha podido ser verificado por la delegación árabe.
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