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Un soriano lleva el buen humor a toda España

«Nano» López levanta su negocio haciendo reír a grandes y chicos con sus originales monólogos

Un soriano lleva el buen humor a toda España
Un soriano lleva el buen humor a toda Españalarazon

Soria- «Nuestro país es el segundo más visitado por turistas de todo el mundo y no es precisamente por ser los españoles unos sosos y unos vinagres. Somos un país muy divertido que sabe reírse de sus defectos. Lo que pasa es que los medios de comunicación sólo habláis estos últimos cuatro años del fin del mundo. La prima de riesgo os tiene pillados». Toda una declaración de intenciones de nuestro protagonista -matando al mensajero (se lo perdonamos)-, que ha hecho del humor su forma de vida. Desde Soria, «Nano» López. Así rezan los carteles de su última obra, «Esas locas bajitas», aún por estrenar. Aunque, «Nano» no para. desde que dio el salto a la profesionalidad, cuando se hizo autónomo en 2009, no ha dejado de «hacer bolos». Unos quinientos, recuerda este joven de 35 años, con familia, que ha pisado todos los rincones de España.

De la informática al humor
«Me dedicaba a la informática, pero opté por la comedia», asegura con entusiasmo «Nano», quien allá por el 2003 decide presentarse a un concurso de monólogos denominado «El club de la chistera». Quedó segundo. Pero el gusanillo surgió, y había que ‘matarlo'. Con algunos de los finalistas de ese certamen impulsó una asociación sin ánimo de lucro que actuó por toda la provincia y las ganancias reinvertían en material y gastos de funcionamiento.

En su época de aficionado, allá por 2007, optó en concursos nacionales, con premios en metálico. No le fue mal. Recorrió Navarra, La Rioja, País Vasco y Castilla y León. Pero no sólo. Hasta ahora ha tenido la oportunidad de actuar en teatros, cafeterías o bares de lugares tan alejados como Vigo, Barcelona, Baleares o Canarias.

«Nano» considera que en los suyo, esa modalidad humorística denominada ‘stand up comedy', comediante en vivo o monologuista -a gusto del consumidor-, la gente suele tirar hacia Madrid. Si bien, él está contento de vivir en Soria. «No es un hándicap por algunas cosas: mis hijos pueden ir a un colegio cerca de casa, yo voy andando donde me llevan las piernas (a todos los sitios) y tengo, por tanto, ventajas que no tienen aquellos que optan por vivir en la capital».
Sin embargo, reconoce que, por otras, sí es más difícil competir. Pierde algunas oportunidades: «hombre, a veces rema en mi contra que no tenga la libertad de movimiento de otros, que pueden ir en un momento a un cásting o acudir a un programa o a una zona de copas donde saben que hay programadores de espectáculos o famosos».

Pero, hablando de gente conocida, «Nano» ha trabajado recientemente con artistas como Luis Larrodera (que presentara la última etapa de «Un, dos, tres»), Suso Seca y Sergio de Miguel. Todos ellos han dado vida a la obra «Soria Olímpica». Otra declaración de intenciones.
«Creo que la crisis es un escenario caótico y muy duro en el que se ven situaciones desesperanzadas, pero en el que se aprende mucho y muy rápido a desarrollar nuevos y creativos espacios de negocio», señala «Nano», que sí ve salidas a este difícil momento. Desde la lógica en todos los ámbitos.

Así, preguntado sobre qué le parece que se pague el IVA tras haberse cobrado la factura, no como ocurría muchas veces ahora, señala que es lo más normal. Estamos de acuerdo.
«Nano» es un trabajador incansable. Ha enviado textos a cadenas especializadas en humor y, como es optimista, no duda de que «el tren llegará». Eso esperamos.

De cerca
«¿Quince minutos de entrevista? Eso es mucho tiempo para un autónomo», asegura Nano, Ernesto López, informático que llegó por azar al mundo del humor y que se mantiene. Y es que, como remarca, «en la comedia del ‘stand up', no es como en la fontanería, donde un instalador técnico que lleva treinta años cobra lo mismo que uno que acaba de salir de un grado formativo». En este contexto, reconoce, «mi profesión es piramidal, y sólo hay competencia entre los del mismo nivel. No creo que Leo Harlem deba preocuparse por si yo trabajo mucho o poco».