Barcelona

Levitemos con los olímpicos por Miguel Ors

La Razón
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L9 Soberanos
El deporte es soberanista. Pienso que monárquicamente soberanista. Lo importante en él, si pierdes la corona, es recuperarla. Exactamente lo que ha hecho Roger Federer, que el tenis, como se sabe, es cosa de tres soberanos (el suizo, Nadal y Djokovic), de igual modo que la Liga de fútbol de España es cosa de dos soberanos (Barcelona y Real Madrid). En el deporte, como en el cristianismo, también muchos son los llamados, pero pocos los escogidos. Por eso el barón de Coubertin, que era cristiano, se inventó la misericordiosa frase de que «lo importante es participar».

M10 Objetivos
El gol es muy superior al talento. Lo entiende todo el mundo. La soberbia, también. El objetivo preeminente de Florentino Pérez para la nueva temporada es la décima Copa de Europa: la copa número 10. Piensa que su plantilla, al fin, condensa talento, soberbia y capacidad de gol para ganar la Décima. Objetivo de Sandro Rosell, que el Barcelona, con Tito Vilanova, siga siendo el equipo 10 de Guardiola. España, pues, país de objetivos: objetivo déficit (en la cosa económica), objetivo Décima (en el Real Madrid), objetivo Barcelona (seguir siendo más equipo 10 que el Real Madrid).

X11 Villar
Finalizada la Asamblea del Fútbol, escucho:
–Qué tío Villar. El Franco del fútbol. Nadie le tose, nadie le discute, nadie le inquiere o censura. Qué tío.
Comparto su bendición de indulto a Mourinho y a Tito Vilanova. Las medidas de gracia son necesarias en la vida social. Pero discrepo, y cada vez más, del «talante político ZP» del Comité de Competición (torpe). A veces es más político que justo, y a veces demora y demora y demora el cumplimiento de las sanciones que impone. Las sanciones, leves o graves, deben cumplirse sin dilación. Otro sí: la sanción de dos partidos a Mourinho y Tito Vilanova, políticamente injusta. Quien inició el cisco «social y deportivo» fue Mourinho. Tito, con la colleja, se limitó a no encogerse. Ese Comité, Villar, a veces, chirría.

J12 Maradona

Ser y dejar de ser, o sea Maradona. Cuando era el que era, esto es, el jugador número 1 del mundo, Maradona llegó a ser incluso la mano de Dios. Aleluya, nadie tan divino como él con el balón en los pies. Con los años dejó de ser el divino Maradona para hacerse de Fidel Castro y otros Castros como Fidel.
–Maradona, antes el Ladrón Bueno y ahora el Ladrón Malo–, que metaforizó un hincha suyo, por cierto.
Maradona, como «ladrón malo», esto es, como entrenador y castrista, está, en efecto, dejado de la mano de Dios. Sólo suma suspensos. Ahora los árabes de Dubái le han dado también «la patada», pero, eso sí, con sustancioso sobre cargado de millones de euros, más de treinta al parecer (leo). «Ande, coja sus 30 millones y váyase. A usted, como entrenador, el fútbol se le da como a un sueco hacer una paella valenciana», le ha dicho más o menos el jeque despedidor.

S14 Abanderado
«Levitar», dijo la judoca Isabel Fernández. Eso es el deporte. Gracias al deporte, España levita. Honor, bandera, orgullo, himno. «Nos queda el deporte, menos mal». Barón de Coubertin: «Lo esencial en la vida no es el éxito; en la vida lo esencial es ser limpios y honrar los valores que nos hacen mejores». La cara de España, el deporte: la cruz... la política que desune en lugar de unir. Rafa Nadal, abanderado de España en los Juegos de Londres, tratará de conseguir su segundo oro olímpico. Si lo logra, será el primer tenista en lograrlo. ¿Otro hito Nadal para la historia del deporte? ¿Por qué no? Levitemos con él y nuestro equipo olímpico.
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